En Banorte, estamos listos para capitalizar estas oportunidades. De acuerdo con nuestro análisis, prevemos un crecimiento en el país de 3.6% y una importante oportunidad de participar en él financiando proyectos en los diversos sectores.
La reforma energética incide en toda la industria relacionada con la energía, incluyendo la eléctrica. Y si en el corto plazo la caída significativa en los precios del petróleo cambia el curso de los proyectos de inversión, la industria eléctrica, por el contrario —en especial las denominadas energías verdes— adquiere especial relevancia. Por otro lado, México no sólo cuenta con yacimientos inexplorados de alto costo de extracción; los yacimientos en aguas someras y convencionales en tierra con bajos costos de extracción —entre $6 y $20 dólares por barril— plantean proyectos muy rentables.
El gobierno actual ha emprendido el Programa Nacional de Infraestructura más ambicioso de la historia, con proyectos valuados en 8% del PIB, que contemplan la combinación de inversión pública y privada. Esto representa una enorme ventana de oportunidad para activar la industria de la construcción en nuestro país.
El sistema financiero mexicano es de los más sólidos y bien capitalizados del mundo. No obstante, la penetración bancaria es muy baja —el crédito de la banca comercial al sector privado no financiero, por ejemplo, apenas rebasa el 15% del PIB— uno de los cocientes más bajos en Latinoamérica. Y si bien esta baja penetración podría explicarse por el alto grado de informalidad de la actividad económica del país y la dificultad de los bancos para recuperar colateral, el rápido avance tecnológico y la reforma financiera podrían beneficiar el proceso de bancarización de la población.
La reciente iniciativa para canalizar recursos y apoyar la industria de la vivienda en México —por un monto aproximado de $370 mil millones de pesos, de los cuales hemos reservado $35 mil millones para invertir en el sector, nos convierte en jugadores importantes. Además, Banorte pondrá a la disposición de sus clientes nuevos procesos y productos que potenciarán nuestra oferta, facilitando y reduciendo tiempos en el trámite de las hipotecas y créditos en general, tanto en las plazas donde ya tenemos una importante participación de mercado como en plazas donde aún no hemos llegado.
La tendencia de la población mexicana de ser más consciente sobre los riesgos que enfrenta diariamente, los elevados costos derivados de un siniestro y la gran cantidad de adultos jóvenes son factores que han impulsado la demanda de seguros. Otro factor relevante son las recientes modificaciones a la regulación vehicular, particularmente el requerimiento de contar con un seguro de daños a terceros en las carreteras federales del país.