Gabriel Casillas olvera

Director General Adjunto de Análisis Económico

De acuerdo con nuestro análisis, si bien prevemos una desaceleración en el ritmo de crecimiento, de 3.4% en 2016, a 1.1% en 2017, anticipamos una recuperación rápida del dinamismo económico en 2018 y una aceleración hacia tasas de crecimiento sostenibles entre 3% y 4%.

Gabriel Casillas olvera

Director General Adjunto de Análisis Económico

(SRS 102-15)

México se mantiene como una gran opción para invertir. Si bien entramos en un episodio de alta incertidumbre sobre el futuro de las relaciones bilaterales entre México y Estados Unidos, ante las propuestas de la nueva administración en nuestro país vecino, la estabilidad macroeconómica —con un banco central autónomo, finanzas públicas y cuentas externas bajo control, así como un sistema bancario bien capitalizado— hace de México un país atractivo para la inversión dentro del universo de economías emergentes. La apertura de la industria energética, así como la instrumentación gradual de las reformas estructurales, están sentando las bases para un crecimiento más robusto en el mediano plazo. De acuerdo con nuestro análisis, si bien prevemos una desaceleración en el ritmo de crecimiento, de 3.4% en 2016, a 1.1% en 2017, anticipamos una recuperación rápida del dinamismo económico en 2018 y una aceleración hacia tasas de crecimiento sostenibles entre 3% y 4%.

La Reforma Laboral de 2017
ha propiciado que el empleo formal
crezca a tasas mayores que el PIB.

La apertura energética y el avance
de las asociaciones público-privadas
permiten que se abran canales para
la inversión en infraestructura.

El sector residencial ha venido recuperando su ritmo tras la fuerte recesión sufrida en 2013.

En Grupo Financiero Banorte vemos la baja penetración crediticia en México como una gran oportunidad para apoyar proyectos de crecimiento en el país.

En 2016 se asignaron los primeros proyectos en los que Pemex se asoció con un privado para llevar a cabo procesos de exploración y producción (farmouts).

Gasto Interno privado

El consumo privado ha sido uno de los principales motores de la economía, gracias a mayores niveles de empleo y una expansión sana del crédito bancario. No obstante, es muy posible que las presiones temporales de inflación, aunadas a la incertidumbre antes mencionada, provoquen que el gasto de consumo modere su ritmo de crecimiento este año, para volver a acelerarse en 2018. La reforma laboral –aprobada en 2017-, ha propiciado que el empleo formal crezca a mayores tasas que el propio PIB, lo que ha sido clave para impulsar la demanda de crédito y elevar las tasas de crecimiento del consumo interno en los últimos años.

Infraestructura

La necesidad de dotar de infraestructura moderna y eficiente a nuestro país hace que este sector tenga un potencial significativo, lo que representa una enorme oportunidad para el desarrollo. Desafortunadamente la presión que se ha puesto sobre las finanzas públicas ha hecho que se tengan que recortar proyectos de infraestructura en los últimos años. No obstante, la apertura energética y el avance de las asociaciones público-privadas están permitiendo que se abran canales para la inversión en infraestructura.

Vivienda

Las necesidades de vivienda en nuestro país siguen siendo significativas. El sector residencial ha venido recuperando su ritmo de crecimiento tras la fuerte recesión que sufriera en 2013.

Banca

El sistema financiero mexicano es de los más sólidos y bien capitalizados del mundo. No obstante, la penetración bancaria continúa siendo relativamente baja —el crédito de la banca comercial al sector privado no financiero, por ejemplo, apenas rebasa el 17% del PIB, uno de los cocientes más bajos en Latinoamérica—. Y aun cuando esta baja penetración podría explicarse por el alto grado de informalidad de la actividad económica del país y la dificultad de los bancos para recuperar colateral, el rápido avance tecnológico y la reforma financiera podrían beneficiar el proceso de bancarización de la población. En Grupo Financiero Banorte vemos la baja penetración crediticia en México como una gran oportunidad para apoyar proyectos de crecimiento en el país, así como los sueños de muchos mexicanos. Sobre todo porque somos un banco operado por mexicanos, para los mexicanos.

Energía

Si bien en el corto plazo la tendencia hacia la baja de los precios del petróleo ha reducido el atractivo por las inversiones en el sector, el proceso de apertura a la inversión privada sigue su curso. En 2016 se asignaron los primeros proyectos en los que Pemex se asoció con un privado para llevar a cabo procesos de exploración y producción (farm outs). El proceso de apertura en el sector eléctrico también se ha continuado instrumentando. Por último, el gobierno ha adelantado la liberalización del mercado de combustibles, que si bien en el corto plazo ha generado presiones inflacionarias, consideramos que en el mediano plazo será un factor importante para mejorar la competitividad y aumentar la inversión, además de que ayudará a reducir la presión sobre las finanzas públicas.