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ELECCIONES EN ESTADOS UNIDOS:
LOS ESCENARIOS POSIBLES DESPUÉS DEL 3 DE NOVIEMBRE


EPISODIO 22 - PODCAST NORTE ECONÓMICO

  • Se trata de los comicios con mayor incertidumbre en EE.UU., no solo en cuanto al resultado, sino al proceso mismo.
  • Si hay mucha cercanía entre los candidatos, la decisión final podría tomarse en la Corte Suprema, como sucedió en el año 2000.

Ciudad de México, 14 de octubre de 2020.— ¿Qué pasará si Joe Biden derrota a Donald Trump por un amplio margen? ¿Y si las elecciones presidenciales en Estados Unidos se tornan cerradas y tienen que decidirse en la Corte Suprema?

En un año atípico marcado por la pandemia de coronavirus, el pueblo norteamericano tendrá que votar en unos comicios marcados por la incertidumbre no solo del resultado, sino del proceso mismo. Así lo vislumbra Carlos Elizondo Mayer-Serra, invitado especial en el nuevo episodio del podcast Norte Económico.

Para el académico del Tecnológico de Monterrey, Trump podría respaldar la democracia y felicitar a Biden si lo derrota por un margen amplio. Ése es un escenario probable, pero no el único, especialmente en un país donde el proceso electoral depende de cada estado y no hay un ente regulador como el INE en México. Así, también puede suceder que el republicano se declare ganador si hay mucha cercanía en el resultado, o bien, que lo ponga en duda si depende de la famosa votación por correo.

La elección puede escalar hasta las Cortes locales y luego a la Corte Suprema, como ocurrió en 2000 cuando George W. Bush y Al Gore eran los candidatos republicano y demócrata, respectivamente. En este sentido, Mayer-Serra dijo que Biden podría cuestionar la decisión del Tribunal, a diferencia de Gore, y generar una situación impensada en Estados Unidos.

En cuanto a las decisiones que cada uno de los candidatos tomaría como Presidente, Mayer-Serra señaló que ambos apostarán por una política fiscal y monetaria expansiva, aunque con énfasis distintos, ya que “Trump es más dado a repartir dinero indiscriminadamente, y Biden se iría mucho más por la expansión del gasto público”. Esto, a su vez, tendrá impactos diferenciados para la economía mexicana.

Finalmente, otro tema clave para México es el T-MEC. El candidato demócrata podría tener mayor presión de su base y del movimiento sindical, quienes en el pasado se han opuesto al acuerdo, concluyó el entrevistado.

El episodio completo está disponible desde este miércoles en Spotify,  Apple Podcast y en el sitio GFNorte.

Para más información a medios de comunicación:
●       Francisco Rodríguez Daniel
Director Ejecutivo de Comunicación Corporativa
Cel.: (55) 4522-6753 / francisco.rodriguez.daniel@banorte.com

●       Alfonso Cadena
Gerente de Relación con Medios/ luis.cadena.velasco@banorte.com

Consulta un nuevo episodio cada miércoles en:

 

Transcripción:

NORTE ECONÓMICO: EPISODIO 22
Con Gabriel Casillas, Director General Adjunto del área de Análisis Económico y Relación con Inversionistas, y Alejandro Padilla, Director Ejecutivo de Análisis Económico y Estrategia Financiera de Mercados. Un podcast de Banorte para encontrar el horizonte de la economía.
GC: Hola, qué tal. Los saludo con el gusto de siempre y les doy la bienvenida a Norte Económico. Mi nombre es Gabriel Casillas, y junto con Alejandro Padilla, lideramos los equipos de Análisis Económico y Estrategia Financiera de Mercados de Banorte. Hola, Alex, ¿cómo estás?
AP: Gabriel, un afectuoso saludo a ti y a nuestros amigos de Norte Económico. Espero que ustedes y sus familias se encuentren muy bien. Contento por esta entrevista que se vuelve tan relevante, a menos de tres semanas de las elecciones en Estados Unidos.
GC: Definitivamente, Alex, y en esta ocasión nos acompaña uno de los analistas políticos más prestigiados e importantes de México: Carlos Elizondo Mayer-Serra.
LA ENTREVISTA
La coyuntura económica contada por sus protagonistas
AP: Tal como lo comentó Gabriel, hoy nos acompaña un reconocido politólogo en Norte Económico. Carlos Elizondo Mayer-Serra cuenta con Doctorado y Maestría en Ciencia Política por la Universidad de Oxford y una Licenciatura en Relaciones Internacionales por el Colegio de México. Dentro de su amplia experiencia destaca haber sido Embajador de México ante la OCDE y Consejero Independiente de Pemex. Forma parte del Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt Nivel III y en el ámbito académico, ha sido profesor e investigador en el CIDE, en donde también ha fungido como Director General, y en el Tecnológico de Monterrey, donde actualmente es profesor de la Escuela de Gobierno y Transformación Pública. Además, Carlos Elizondo es autor de varios libros, columnista en algunos de los principales medios escritos de circulación nacional, así como conductor de programas de televisión. Carlos, gracias por acompañarnos, bienvenido a Norte Económico.
CE: Al contrario, gracias a ambos.
GC: Estimado Carlos, no se diga más, empecemos, en este día que una vez más estamos de manteles largos contigo aquí. Me da un enorme gusto que nos acompañes en este podcast, especialmente a escasos días de la elección presidencial en los Estados Unidos, el próximo martes 3 de noviembre. Y observando las últimas encuestas, así como el mercado de apuestas y algunos modelos predictivos, todo parece indicar que hay una probabilidad elevada de que Joe Biden pueda ser el próximo Presidente en Estados Unidos. ¿Éste es tu escenario central o piensas que el Presidente Trump logrará revertir este proceso? Y, con base en esto, ¿qué puede hacer Donald Trump para salvar la campaña en tu opinión, estimado Carlos?

CE: Pues mira, ya hace cuatro años muchos nos fuimos con la finta de utilizar el modelo de Nate Silver, que le daba a Hillary Clinton una probabilidad de ganar de entre 70 y 80 por ciento poco antes de la elección, y pues sabemos que 20 por ciento es poco, pero no es un cisne negro, se puede dar. No es un evento de muy baja probabilidad. Creo que en esta ocasión, aunque los modelos están mucho más cautos en asignar probabilidades (y anda más o menos en probabilidades no tan distinto a como estuvo hace cuatro años), como bien decías, Gabriel, hay diferencias muy importantes en las encuestas: están más abiertas que hace cuatro años; han estado sistemáticamente abiertas (hace cuatro años vimos en varias encuestas que se cruzaba y que Trump estaba arriba de Hillary, y nunca estuvo en promedio tan abierto), y si vamos viendo los estados clave, la ventaja de Biden también es, en promedio, un poco más alta de lo que era hace cuatro años. Entonces, creo que el escenario va a ser cualquiera —salvo que sea un mago con una bola rara, que pueda ver algo que nadie está viendo—; el mercado de apuestas y los mercados financieros, que tú conoces mejor que yo, están muy en el sentido de que va a ganar Biden. Por supuesto, cualquier cosa puede pasar. Como dice por ahí un clásico: "la democracia es la certidumbre de las reglas, pero la incertidumbre de los resultados". En este caso tampoco hay certidumbre de las reglas, pero de eso vamos a hablar más adelante, porque lo que más me preocupa no es tanto el resultado, sino los días posteriores a la elección, pero de eso hablaré en un segundo más.
¿Qué podría hacer hoy Trump? Yo creo que podría dejar de ser Trump, pero eso es muy complicado. La situación en la que está es el resultado de las decisiones que tomó, desde cosas muy estructurales como el estilo de gobierno, hasta muy puntuales como la forma en la que reaccionó en el debate, violando las reglas del mismo. No la tiene fácil, la estrategia que está siguiendo ya no es tanto cómo mejoro esta tendencia, sino cómo hago... Donde está él, yo creo que el margen de maniobra del Presidente, que es como Presidente, tratar de desestimular la votación.
La elección de Estados Unidos, quizá conviene contarlo, Gabriel, (es) muy distinta a la mexicana en muchos sentidos, pero voy a empezar con la (diferencia) más significativa: ¡es en día laboral! Y además, no hay casillas cada 300 metros, con la cercanía que hay en México, donde casi cualquiera llega a la casilla en domingo ¡caminando! En el caso de Estados Unidos, el día laboral lo egresan los estados; hay muchos estados republicanos que ponen todo tipo de traba para que al votante pobre le cueste trabajo llegar; dificultar el registro de la gente (y otra vez, el votante más pobre tiene más problemas, así como las minorías étnicas, que son una parte importante del votante demócrata). Toda la discusión que hemos visto, Gabriel, respecto de si el voto que viene por el correo es fraudulento, que ha querido decir Trump. Entonces, Trump lo que quiere es que la gente no vote; que se ponga en duda el resultado si depende de la votación en correo, que parecería que hoy va a ser mucho más nutrida de demócratas que de republicanos, y en un escenario de mucha cercanía en el resultado, muy a la mexicana como lo hizo Porfirio Muñoz Ledo, declararse ganador (con la diferencia, respecto de Porfirio Muñoz Ledo en la elección interna de Morena, que Porfirio no controla nada más que a su chofer, quizá). Trump es Presidente de los Estados Unidos y ésa es la gran diferencia respecto de hace cuatro años, que este volátil personaje nos generaba mucha incertidumbre, pero era un personaje en la oposición. Hoy tiene todas las llaves del poder que te da la Presidencia de Estados Unidos. Y a eso creo que está jugando. ¿Qué probabilidad le asigno de éxito? Creo que baja, no le puedo dar un número, pero no es cero. Pero si tú me das una apuesta favorable, yo le apuesto a Biden.

AP: Estimado Carlos, en base a lo que nos acabas de comentar, pues sí, definitivamente el Presidente Trump ha advertido del riesgo de fraudes, y públicamente también ha dicho que no aceptaría una derrota en caso de que los resultados no lo favorezcan, si es que considera que hubo irregularidades en el proceso. Esto podría incrementar la incertidumbre, inclusive la volatilidad de los mercados financieros asociados a este evento geopolítico tan importante. Me gustaría escuchar tus comentarios sobre lo siguiente: ¿Cuándo crees que sabremos sobre el resultado de la elección y qué sucederá ese martes 3 de noviembre por la noche? ¿Tendremos a un Donald Trump que haga declaraciones preocupantes, crees que todo esto terminará en las Cortes? Por favor, Carlos, comparte tu visión sobre estos temas.

CE: Mira, Alex, es una pregunta importante y complicada. Primero, porque hay muchos escenarios posibles, pero yo creo que el escenario dominante (o como dicen ustedes, el escenario base) es un triunfo amplio de Biden. Yo creo que la sorpresa para mí —intuitiva, tampoco tengo un modelo nada sofisticado— es que la sorpresa se dé por el otro lado. Hay alguna evidencia de que están votando mucho más por correo los simpatizantes del Partido Demócrata que los republicanos, que hay muy pocos indecisos respecto de los que había hace cuatro años. Si se ha abierto la elección es porque los indecisos se han ido decidiendo, porque el Partido Demócrata no está manco y ha generado toda una serie de estrategias de movilización electoral en estados o en ciudades incluso claves, para poder ganar un estado, y hay un gran enojo contra Trump y es muy distinto hoy, además con un candidato como Biden, que en general genera mucha más simpatía que Hillary Clinton hace cuatro años. Entonces, el escenario base es que gana Biden por un margen amplio; lo cantan las televisoras y todo lo demás fue ruido previo al concierto, y el concierto sale bien; Trump, como todos estos líderes populistas, entonces ya se da cuenta que su mejor papel es decir "yo siempre estuve con la democracia, felicito a Biden". Me puedo imaginar un escenario como ése.
Ahora, si la elección viene cerrada, entonces sí... Ni siquiera en el clásico too close to call al que estamos acostumbrados, donde hay ciertos estados en los que las encuestas no te pueden decir, entonces se va prolongando como lo vimos en el Gore vs. Bush en el año 2000... Ni siquiera estoy pensando en ese escenario, sino en uno no tan cerrado pero que justo, varios factores de cómo se organiza la elección más el Presidente Trump, pueden llevar a mucha incertidumbre. Lo primero sería (que) en muchos estados no puedes ir contando los votos que llegaron por correo sino hasta que arranca la elección, y ya están contando los votos que se están dando ahí. Entonces, puedes tener un desfase: acabas de contar los votos presenciales, no has acabado de contar los que llegaron por correo y ahí alguien decide que ya va ganando Trump; las elecciones son controladas por los gobernadores estatales y en una cosa "mafiosona" deciden parar ya el conteo, porque no está claro si abrieron los paquetes, y en dos estados clave los gobernadores suspenden el proceso, se declara ganador a Trump y ahí se puede armar una verdadera confusión.
¡No hay un INE, no hay un Tribunal Electoral! Es un proceso —supongo, Gabriel, que entendemos de teoría de juegos— fascinante, porque son equilibrios organizacionales en cada estado, donde no hay ningún agente que los coordine, y entonces, como sabemos en teoría de juegos, los resultados de ese juego de equilibrio son múltiples. Nosotros estamos acostumbrados a que un actor controla todo, decide cuándo se canta; ese actor es profesional, que es el INE. Aquí es muy distinto. En ese escenario, Alex, sí me preocupa que tengamos que esperar no horas, quizá días, y que luego vengan los conflictos: tal estado que no contó los votos por correo, entonces se va a la Corte local, y si está controlada por los republicanos dice una cosa; que se vaya a la Suprema Corte, la cual seguramente tendrá ya una clara mayoría conservadora, y a diferencia del Gore vs. Bush, donde se fue a la Suprema Corte, todos los Ministros nombrados por el papá de uno de los candidatos, que era George Bush hijo, o de sus amigos, pero todos los nombrados por los republicanos votaron de un lado y los demócratas por otro, y Gore concedió. Ahí viene la otra cuestión: Biden puede decir "yo no concedo; esto fue una trampa". No estamos hablando del viejo pacto de caballeros que había en Bush vs. Gore, donde hubo algunas cosas gandallonas pero no fue toda una gandallez. Aquí puede ser un escenario donde lo gandalla de un lado es replicado por el otro, entonces nos podemos ver en algo que nunca nos hemos imaginado: un voto por voto, casilla por casilla, la toma de avenida Pensilvania, yo qué sé. O sea, sí es un escenario que puede ser de mucha incertidumbre; yo creo que las encuestas nos van a ir ayudando de cara al día de la elección, para saber hasta dónde se está abriendo o no el proceso electoral. Algunos estados muy importantes son al arranque de la jornada, como Pensilvania, entonces quizá para cuando ya votó California, Pensilvania ya concluyó, es decir, hay varios estados que muy rápido pueden inclinar la balanza de un lado, y ya no importa en esos estados bisagra tradicionales. Pero, de que hay incertidumbre como nunca ha habido en Estados Unidos, (la hay), porque insisto, no solo está la incertidumbre del resultado, sino de los procesos.

GC: Qué interesante, Carlos, y qué bueno que mencionas teoría de juegos, porque hace unos días se anunció el Premio Nobel de Economía, y a las dos personas que se los dieron, justamente un tema es el de subastas y se basan mucho en teoría de juegos. Y qué interesante traer a la mesa Gore vs. Bush. Nada más para poner un poquito en contexto, porque tú eres el que realmente sabe de estas cosas, pero imagínate, son 270 votos que se necesitan para que gane…

CE: 270 votos del Colegio Electoral…

GC: Exactamente. Entonces, Bush tenía 246 y Gore 266. Nada más faltaban esos 25 votos electorales de Florida, y la decisión la tomó la Suprema Corte más por la fecha límite, porque ni siquiera estaban muy de acuerdo en cómo se había hecho la votación...

CE: Es importantísimo recuperarlo, y tienes una memoria fantástica para los números, pero déjame complementarlo para que se vea de qué tamaño era el problema. (En) este estado, Florida, que era el que faltaba, las encuestas ya habían declarado ganador a Gore. La televisión ya había dicho "el siguiente Presidente de Estados Unidos es Gore". En Florida gobernaba ¡el hermano del candidato!, Jeb Bush. Entonces, tú tienes al hermano del candidato en una elección llena de cosas sospechosas, una maquinita que no funcionaba (porque en Estados Unidos hay unas máquinas para perforar las votaciones, a las que luego alimenta una computadora o son ópticas en algunos casos, pero en este caso no funcionaba bien), estaban recontando los votos en un estado que además tenía una estrategia de quitarle el derecho al voto a casi cualquier negro –exagero la nota–, pero por cualquier delito puedes nunca recuperar tu derecho a votar, y la población afroamericana tiene mucha más probabilidad de que le suceda esto, entonces, ya era un escenario muy complicado. Se estaban recontando los votos; el Procurador —empleado del hermano del candidato— dice "ya no recuenten más", y lo que se llevó a la Suprema Corte es ¿se sigue recontando o no? Las leyes son lo que diga la Suprema Corte, si hubiera dicho "sigan recontando" hubieran tenido que hacerlo; no había una fecha límite. La única fecha límite que tiene la Constitución de Estados Unidos es el día del cambio de Presidente. Incluso había la discusión, que era un acuerdo legal, (de que) podías mover la elección a diciembre, si Trump hubiera estado enfermo (se discutió cuando estaba en duda su salud). Entonces, sí es un hecho notable que en ese escenario Gore concedió. Yo creo que en un escenario parecido tampoco Biden va a conceder.

GC: Y yo creo que ése es justo el tema clave: si van a conceder si no es amplia la mayoría, como tú bien lo comentas, Carlos. Oye, pasando al análisis de las propuestas más interesantes de ambos candidatos, ya que a partir de ellas deberían construir las políticas públicas de nuestro principal socio comercial en los próximos cuatro años, al estudiar los 49 puntos principales de la campaña de Joe Biden y los 11 pilares fundamentales de Donald Trump, podemos identificar una diferencia significativa en términos de política fiscal, energética, agenda internacional y otros temas. Tienen puntos encontrados como tú bien sabes, Carlos, desde el manejo de la pandemia y el plan de recuperación hasta temas cruciales en su política exterior: China, Irán, organismos multinacionales, etcétera. A tu parecer, siendo un verdadero experto en política interior y exterior, y habiendo sido Embajador de México en la OCDE, ¿cuáles son las diferencias más importantes en las propuestas de cada candidato y cuáles crees que son las primeras acciones que tomaría cada uno de ellos, en caso de llegar y permanecer en la Oficina Oval?

CE: Sin duda es un tema amplísimo, complicadísimo y nos tomaría mucho tiempo, pero déjame —si me permites, Gabriel— centrar mi respuesta en aquello que es de mayor interés para México, porque si no realmente es una pregunta gigantesca. Y déjame empezar por donde sí creo que hay un acuerdo, aunque como bien dices, en los documentos hay cierto énfasis distinto, pero hay algo que yo creo que no va a cambiar gane quien gane: que la élite o el establishment en Estados Unidos ya se dio cuenta de que la relación con China no puede ser la de asumir que estamos frente a un competidor, adversario o socio normal, que va a jugar dentro de las reglas democráticas y de economía de mercado, porque cuando a China se le aceptó en la OMC había esta idea de que "va a poder participar en el juego del mercado mundial, eso le va a permitir desarrollarse y le va a llevar a irse abriendo cada vez más, hablaremos de una sociedad más democrática", y lo que hemos visto en China es lo opuesto. Es un gobierno que distorsiona los precios, por ponerlo en términos muy económicos, que tiene una estrategia muy eficaz de política industrial, de impulso a ciertas cosas, y está jugando con una visión de geopolítica en muchas decisiones. Estados Unidos ya se dio cuenta de que tiene que jugar parecido, que no puede descuidar ciertos sectores clave y esperar simplemente a que ese insumo muy importante que requiere para cosas militares o de IA venga de China, entonces, como se dice en el argot, hay un decoupling, un desacoplamiento entre la economía de Estados Unidos y la de China, y yo creo que un Joe Biden en la Presidencia no cambiaría en el objetivo. El estilo sería distinto, más institucionalizado, buscando más apoyo de sus históricos aliados en Europa, y eso para México puede ser muy importante con un gobierno que tuviera más capacidad de planeación, de invertir en infraestructura crítica, capacidad de atracción de la inversión que se va a ir de China y se irá a algún lado, y México es sumamente atractivo en muchos sentidos. Podríamos tener una gran oportunidad económica, pero aun sin un Presidente y un gobierno con esas características, la oportunidad va a estar ahí y algún gobierno estatal la aprovechará. Ése yo creo que es un cambio estructural, que no se va a modificar con el triunfo de cualquiera de los dos y puede beneficiar a México. Pero hay un tema donde AMLO y Trump sí son muy parecidos, y en el que Biden y AMLO no podrían ser más distintos, que es la estrategia respecto del cambio climático y la transición energética, su ritmo, características, etcétera.
Trump y AMLO creen en el carbón, en las economías de los hidrocarburos, y ambos —con más éxito AMLO que Trump— han tratado de obstaculizar la transición energética. México no se ha salido del Acuerdo de París pero va rumbo a no cumplirlo. Esto a Biden y a la coalición demócrata que está detrás de él les es de muchísima importancia, y la estrategia energética de nuestro gobierno pasa por obstaculizar las energías verdes, quemar hidrocarburos y combustóleo en las termoeléctricas. Eso yo creo que va a tener una tensión fuerte con los Estados Unidos y es una de las diferencias más notables entre ambos Presidentes de cara a México.
Creo también que, como tú mencionabas, Gabriel, las políticas tributarias y fiscales son muy distintas. A México donde le afecta o donde tiene un cierto impacto es: 1) qué impacto económico tenga. Hoy leí un artículo bien interesante, que seguro tú ya habías observado, pero quien está subsidiando las remesas se llama Donald Trump, con ese cheque de apoyo por la pandemia que les llega a los ciudadanos y residentes en Estados Unidos, entonces, aunque muchos connacionales se quedaron sin trabajo, en una enorme generosidad siguen mandando dinero por esa política expansiva fiscal y monetaria. Yo creo que cualquiera de los dos va a ser expansivo, aunque con énfasis distintos. Creo que Trump es más dado a repartir dinero indiscriminadamente y Biden se iría mucho más por el lado de la expansión del gasto público, entonces, tiene impactos distintos para la economía mexicana, pero los dos... A final de cuentas, lo que le importa a la economía mexicana es que crezca la economía de Estados Unidos. Ahí sí te preguntaría a ti: ¿cuál de las dos estrategias crees que es más sostenible en términos de crecimiento económico? Y ésa sería la mejor para el país. Pero donde sí creo que hay una diferencia importante es en la política fiscal. Aquí tenemos un gobierno de izquierda, o que se dice de izquierda (muy curioso, porque no ha hecho una Reforma Fiscal), pero tiene una restricción estructural muy fuerte si quisiera subir las tasas para las empresas a partir de la segunda mitad del sexenio. Como ha prometido, la Reforma Fiscal vendrá después de la elección intermedia. Más allá del margen político y si tiene o no mayoría en la Cámara de Diputados, hoy las tasas, el Impuesto sobre la Renta para las empresas o las personas morales... En Estados Unidos son muy bajas como resultado de la Reforma de Trump. Él las mantendría; Biden ha dicho (que) las revertiría. Y eso abre un espacio, desde el punto de vista tributario en México, de mayor presión a las empresas mexicanas. Creo que eso tendría un impacto no trivial en la capacidad recaudatoria de este gobierno.
Creo que otro tema donde hay una gran diferencia es que, en general, a Trump lo que le importa realmente es lo que a él le es rentable. Biden va a ser un Presidente con más presión de sus bases, vamos a ver un movimiento sindicalizado contrario al T-MEC (aunque Biden es un agente pro T-MEC), más preocupado por que se cumplan las regulaciones laborales. Hay un escenario, además, donde Biden puede tener más un Senado demócrata, es decir, puede tener todas las canicas de su lado, un poco como el Presidente López Obrador acá, entonces, estos intereses más proteccionistas o más preocupados por proteger el empleo en Estados Unidos pueden ser más proactivos que con un gobierno de Trump. Y finalmente me parece que, en general, la mayor institucionalidad en muchas materias, pero particularmente en la política exterior, con un eventual gobierno de Biden, llevaría a tratar de canalizar la relación México-Estados Unidos alrededor de los temas históricos, y con la idea de que no es el capricho de un Presidente ni del otro el que nos permite ir colaborando en materia de seguridad y otras cosas. Entonces, creo que habría una dificultad para este gobierno tan des institucionalizado el ir teniendo que re-aprender cómo relacionarse con Estados Unidos.

GC: De manera muy rápida, Carlos, lo que me preguntaste de la política tributaria… La verdad es que sí puede tener un choque en Estados Unidos si llega Biden y sube la tasa de ISR de 21 a 28 por ciento, pues sí va a tener un impacto. Ahora, no se lo va a subir a toda la población, sino a los que tienen mayores ingresos, o tendrá un efecto en quienes tienen mayores ingresos. Eso puede tener también un efecto positivo en México, no por el crecimiento, sino por el lado de que en México la tasa de ISR es mucho más alta. De hecho, cuando Trump bajó impuestos, hubo toda una discusión sobre si desincentivaba inversión en México. Es muy difícil hacer un análisis, porque las empresas que no vienen no sabemos que no vinieron. Pero sí podemos decir que tuvo un cierto impacto y esto podría ayudar en ese sentido. Y bueno, podemos hacer un análisis un poco más profundo, pero el entrevistado eres tú, entonces le paso la palabra a mi estimado Alex.

AP: Sí, muchas gracias, Gabriel. Carlos, también muchas gracias por los comentarios que nos has brindado hasta el momento. En base a lo que dijiste, por ejemplo, el tema de remesas, el efecto que tuvo el programa fiscal en Estados Unidos… Esto nos lleva a la importancia que ha tenido el estímulo fiscal en estos momentos de coronavirus, para poder tener una recuperación importante en la actividad económica en Norteamérica, y también habla de la importancia que tiene la configuración de las Cámaras. Justo va hacia ahí mi pregunta. En esta elección también tendremos la votación por 35 de 100 asientos en el Senado, que actualmente tiene mayoría republicana, y todos los 435 de la Cámara de Representantes —que tiene mayoría demócrata—. Hay que recordar que hace cuatro años, en las elecciones de 2016, Trump se llevó el carro completo y eso le ayudó muchísimo para poder llevar a cabo el plan de recorte de impuestos, que tanto tú como Gabriel han estado mencionando. Entonces, ahorita se vuelve muy relevante. ¿Qué va a pasar con esta configuración en Estados Unidos? ¿Consideras que habrá una mayoría ahora demócrata en ambas Cámaras, o esta famosa blue wave? Bajo tu escenario cuáles son las mayores implicaciones para las políticas públicas en Estados Unidos, pensando en un 2021 que estará caracterizado por fuertes esfuerzos para recuperarse del efecto recesivo de la pandemia.

CE: Por lo que leo de las encuestas, la Cámara de Representantes, la Cámara de Diputados la van a confirmar los demócratas, probablemente con un margen aun superior al que tienen ahora. En el Senado las encuestas están muy cerradas, además de que es muy difícil medirlo; cada elección de Senador depende de... Una que iba muy arriba el candidato demócrata, lo agarraron con unas cartas a una amante, ya se echó a perder todo... O sea, es tan local el proceso y depende de tantas variables que es difícil saber, pero hoy en los modelos predictivos hay una ligera mayor probabilidad de que el Senado lo recupere el Partido Demócrata, a que lo mantenga el Partido Republicano. De esas 30 y tantas senadurías que están en juego, una gran proporción son republicanas, a diferencia de hace dos años, entonces tienen más posibilidad de perder nada más por ese mero hecho los republicanos, porque tienen más canicas en juego, y sí hay algunos estados que no eran muy competitivos para los demócratas, que parecería que se han vuelto más competitivos. Entonces, yo creo que no es un escenario bajo, no veo una probabilidad baja de que, si Biden gana, pudiera ganar con ambas Cámaras.
Lo dijeron tanto tú como Gabriel de distintas formas: si tienes la mayoría, es mucho más fácil implementar tu programa. ¿En qué consiste este programa? En los temas que ya se mencionaron, pero hay muchos otros que son muy importantes para los Estados Unidos, por ejemplo, ¿qué va a hacer Biden con la Corte? Como todos sabemos, ahorita mientras hablamos está el proceso de elección de una nueva Ministra, de la candidata propuesta por el Presidente Trump (en el caso de Estados Unidos no se manda una terna como en México; se manda una propuesta). Están violando lo que ellos mismos criticaron hace cuatro años, lo que hizo Obama. Decían —incluida la actual propuesta de Ministra— que mandar un candidato en el año electoral es de mal gusto, porque hay que dejar que lo nomine el Presidente electo por los norteamericanos. Eso a los republicanos no les ha importado y días antes del cambio de gobierno quieren terminar con su proceso para tener una Corte que sea de ellos. Es muy agresivo desde el punto de vista de la equidad del juego político, y si en los Estados Unidos tiene el Senado la mayoría, es un cambio legal el que te permite cambiar el número de Ministros, y quizá veamos una batalla campal feroz en torno a, como dicen en Estados Unidos, pack the Court, (es decir), llenar de nuevos Ministros la Corte, pasar de 9 a 11, y con eso pues dos son tuyos y recuperas la mayoría demócrata. Entonces, como es tan complicada la política en general y, en particular, la política de Estados Unidos, cuáles vayan a ser los temas que quiera impulsar un eventual Presidente Biden, cuál va a ser su margen de maniobra... Eso puede tener una serie de repercusiones en la pregunta que tú me hiciste. ¿Qué tan sostenible es la recuperación del crecimiento de Estados Unidos? No lo sé; la verdad, Gabriel y tú saben mucho más que yo de esto. Va a depender de otras variables: que ambos tienen políticas muy distintas, qué hacer versus el virus, qué combinación de sana distancia o medidas de distanciamiento social más cubrebocas, etcétera, pueden alentar; la desparramada del virus en un invierno que, en general, confina a la gente y hace estas enfermedades más contagiosas... En fin, hay tantas variables, Alex, pero ciertamente no va a ser fácil para quien gane la Presidencia.
Estados Unidos está en medio de una situación económica muy complicada, requeriría un estímulo adicional (que me corrijan Gabriel o tú) para poder mantener esta recuperación que se ha visto. La situación fiscal en Estados Unidos y en el corto plazo (es) fácil, porque el dinero no cuesta, pero tarde o temprano vas a tener que pagar. ¿Cómo anda ya la deuda respecto del PIB? Por arriba del 100 por ciento, ¿no?, con todos estos estímulos. Entonces, traes ahí muchos problemas, debes tomar decisiones difíciles; súmale a esto el cambio tecnológico, qué hacer con las grandes empresas de tecnología, que ya decidió un panel de la Cámara de Diputados que son abusivas, hay que cambiar la ley... En fin, el 21, a tu pregunta, Alex, no se ve nada fácil, pero aquí están estos dos señores de edad avanzada, queriendo, en vez de retirarse y pasar su última etapa de la vida cómodamente retirados... Así es el poder; ya vimos a Porfirio Muñoz Ledo aquí con edad más avanzada. Parece que es de las drogas más ambiciosas el poder, y aquí están queriendo hacerse responsables de las enormes complejidades que para cualquiera hoy significa gobernar.

GC: Oye, una última pregunta, Carlos. ¿Qué opinión te merece el primer debate presidencial que tuvieron los candidatos a la Presidencia y después a la Vicepresidencia? Y ¿qué opinas que va a pasar hacia adelante?, porque ya el segundo debate se canceló. ¿Crees que haya un tercer debate? ¿Qué podemos esperar de los dos que faltan?

CE: Recordemos que, en el caso de Estados Unidos, el debate lo organiza una Comisión; se tienen que poner de acuerdo entre las partes, no hay una ley ni un INE, entonces, puede haber o  no debate, depende de los candidatos, más si son solo dos. No pueden hacer como en México: cuando López Obrador no quiso ir al debate, le dejaron su silla vacía. Ni modo que debata solo Biden si Trump no quiere asistir.
Uno pensaría que está en el interés de Trump que haya debate, porque cuando vas arriba en el marcador, controlas el balón y no te expones. Entonces, yo creo que Trump en su enojo la regó, porque lo que él necesita es un momento para partir de algo y un mal debate de Biden podría ser ese algo. Pero en fin, ya dijo que no lo hará a distancia, y no tengo ninguna información de qué pueda pasar con el último debate; no sé si Biden va a jugar la carta de que tiene que ser virtual y entonces esto va a tirar la posibilidad del debate, no tengo idea. Pero también sabemos que entre más se acerca un debate a la elección, pesa menos, porque la gente va decidiendo; los indecisos... Aunque podríamos decir "es que está muy cerca la elección", primero, para cuando sea ese debate ya habrán votado millones de norteamericanos, porque no solo es el voto por correo, sino el famoso early voting. En muchos estados ya abrieron la casilla, puedes presentarte mañana y votar, entonces, entre más cerca esté la elección, más gente ya votó, y en medio de la pandemia, la gente está queriendo votar antes del día donde habrá más aglomeraciones. Entonces, creo que su impacto sería más bien marginal, aunque siempre puede haber una cosa tan grotesca que te descarrille una parte de los independientes y pueda tener un impacto en una elección muy cerrada. Incluso parecería —la primera parte de tu pregunta, Gabriel— que eso sucedió con el primer debate, que la estrategia avasalladora de Trump de no dejar hablar a Biden ni al moderador, de no respetar las reglas que había acordado su equipo, acabó siendo una muestra de quién es Trump, y que un cierto grupo de indecisos... Parecería, según algunas encuestas, que es lo que podría estar explicando que del debate para acá se abrieron un poco más las encuestas a favor de Biden. Yo creo que para Trump fue un ejercicio que le salió mal, porque si yo hubiera jugado ese partido, creo que la forma era dejar que hablara Biden, el chiste era verlo tropezar, en vez de no dejarlo hablar, pero bueno, yo no estoy obviamente en ese cuarto de guerra y, aun si alguien se lo sugirió, Trump es de los que no hace mucho caso a los cuartos de guerra. El resultado creo que fue un mal debate para el actual Presidente de los Estados Unidos.
De hecho te voy a decir que yo no pude acabar de ver ese primer debate, pero sí es muy irritante esta cosa incivilizada de gritos, de no respeto, me pareció además como señal de la salud en la que se encuentran los Estados Unidos o el sistema democrático del país, un reflejo tristísimo. Fue una pésima propaganda para los Estados Unidos y la fortaleza de su sistema democrático; creo que no gustó en general por eso.
El de los Vicepresidentes... Más allá de la mosca parada en el pelo de Pence (que como tú sabes, generó todo un debate sobre por qué se había parado sobre Pence), yo creo que los dos lo hicieron bastante bien. No sé si recuerdas el debate de Pence hace cuatro años, fue bastante malo, pésimo, y en este caso, cuatro años de ser Vicepresidente no pasan en balde; estaba mejor preparado y frente a una adversaria poderosísima. Yo creo que Kamala lo hizo espectacular, no solo en lo que dijo, sino en los gestos que hacía cuando Pence decía una cosa bastante extravagante. Pero lo que parece se irá a las encuestas es que, si tú eres republicano, viste a Pence haciendo un trabajo fantástico; si eres demócrata, viste a Harris haciendo un trabajo fantástico, y los independientes, dependiendo de la encuesta, a lo mejor fueron más pro Harris que pro Pence, pero aparentemente no tuvo mayor impacto, sobre todo porque los republicanos no lograron hacer el spin post-debate, porque se volvió a meter Trump, y alguna ganancia que hubiera podido tener un Pence que salió mejor de lo esperado, aparentemente ya no tuvo mucho impacto en el interés de los votantes. Y es muy raro; es una pregunta muy importante la de la Vicepresidencia, porque quizá estamos viendo, con mucha mayor probabilidad que en casi cualquier otra ocasión, al siguiente Presidente de los Estados Unidos, por la edad de los dos candidatos a la Presidencia.

AP: Muchas gracias, Carlos. Yo creo que como última pregunta, normalmente hacemos una de corte personal a nuestros invitados. Tienes una amplia experiencia; ya lo platicamos al principio. Hoy en día eres profesor de la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Tec de Monterrey, fuiste Embajador de OCDE, estuviste en Pemex, así que agradeceríamos mucho que nos pudieras compartir algunas anécdotas que has tenido a lo largo de esta trayectoria profesional, académica, además de los libros que has escrito, columnista, programas de televisión… En fin, algo que nos pudieras compartir sería muy bueno. Y también en otros episodios normalmente recomendamos un libro, y creo que agradeceremos mucho si nos puedes hacer una recomendación de un libro que vaya con todos estos temas de los que hemos estado platicando. Algo que creas que sea muy necesario para utilizar hoy en día como referencia.
CE: Sí estoy leyendo dos libros sobre Estados Unidos muy, muy importantes e interesantes, también creo que son útiles para reflexionar sobre México. El primero, que es un libro un poco más general pero muy pensado en Estados Unidos y que les recomiendo ampliamente, es de un filósofo-político de Harvard que se llama Michael Sandel. Escribió un libro hace unos meses que se llama La Tiranía del Mérito (The Tyranny of Merit). Tiene muchos ángulos, pero el que a mí me parece más interesante para entender el proceso electoral de los Estados Unidos (y que fue muy evidente en el gran error que hizo Hillary Clinton hace cuatro años; recuerdan ustedes cuando llamó a unos de los seguidores de Trump "los deplorables", una "basket of deplorables")... Y lo que argumenta el libro de Sandel es que en Estados Unidos —y en el resto del mundo también, pero está focalizado en Estados Unidos— la nueva élite no es una aristocracia, no la heredó. Es una élite que siente que se lo ganó por mérito, y por eso desprecia a quienes no lo hicieron en Harvard, como Hillary Clinton, entonces son una basket of deplorables, y que ese enojo de quienes no solo tienen que enfrentar las complejidades de no tener trabajo en un mundo que requiere tanta preparación, antes como que no era tu culpa, ahora es tu culpa porque no te educaste, no tuviste el mérito de entrar a Harvard y graduarte. Es toda una discusión sobre qué nos ha hecho esta hipercompetitividad, porque además es falso que haya un piso parejo; toda la evidencia muestra que quien tiene un padre con educación superior es más fácil que entre a la universidad o a las grandes y competitivas universidades de Estados Unidos. Entonces, creo que sirve para entender por qué ganó Trump y cuál es el gran riesgo que tienen hoy Biden y Harris, que es cómo se acercan a esos norteamericanos que se sienten tan maltratados por esta élite, que cree que porque fue a Harvard, a Yale o a donde hay ido, tiene un mérito propio y puede despreciar a los que no lo tuvieron.
Pero el libro que me parece fuera de serie y es más original, más complicado no de leer sino de construirlo (el libro de Sandel es muy bueno, pero de un filósofo muy entrenado comentando en este tipo de temas)... Es un libro que se llama Case: The Origins of Our Discontent, de una escritora y periodista afroamericana que se llama Isabel Wilkerson. Lo que argumenta es que tú no puedes entender el triunfo de Trump si no es porque viene después de un Presidente negro, en un país profundamente racista, donde en la lógica de la casta superior —los blancos en el argumento de Wilkerson— sintieron que se había desacomodado el orden establecido. Hay unos argumentos muy complicados o muy profundos, que no podría resumir en un podcast, pero (dice) que el origen del descontento en Estados Unidos son esos 250 años de esclavitud de la población afroamericana, y vinieron después de la Guerra Civil 100 años sin derechos. Para fines prácticos, eran individuos sin derechos políticos y sin derechos mínimos civiles de otro tipo. Esa tensión racial de Estados Unidos se expresó en el triunfo de Trump, y el gran reto que tienen hoy Biden y Harris es poder canalizar ese voto de enojo de los grupos étnicamente desfavorecidos, sin alienar como en su momento acabó haciendo Obama. Sobre todo, esos hombres blancos sin educación superior, que ven en su pobreza la amenaza de que se rompa lo que dice Wilkerson y lo argumenta muy bien: un sistema de castas donde los blancos tienen una serie de privilegios, que hace la vida para los negros más corta y más miserable.
Entonces, esos dos son los libros que yo recomendaría, Alex.

[RECOMENDACIONES Y DESPEDIDA]

AP: Muchas gracias, Carlos. Pues muy interesante y pareciera que contribuye a ese sentimiento antisistema que luego empezamos a ver en muchos lugares, así que estoy seguro de que muchas de las personas que amablemente nos escuchan van a agradecer mucho tus recomendaciones, Carlos, gracias.

CE: A ustedes, y muchas gracias por la oportunidad también, Gabriel.

GC: Muchísimas gracias por tu análisis sobre el proceso electoral de Estados Unidos, estimado Carlos. Estoy seguro de que, como decía Alex, las personas que amablemente nos escuchan van a apreciar muchísimo tus comentarios. Esas comparaciones que hiciste, por ejemplo, el tema de que no haya INE, no haya un Trife en Estados Unidos, la forma de votar, son sumamente ilustrativas para muchas personas y creo que lo van a apreciar muchísimo, así como todos tus comentarios muy profundos. Por lo pronto, te agradezco enormemente que hayas participado en nuestro podcast y te deseo más éxito del que ya tienes. Un fuerte abrazo, estimado Carlos.

CE: Fuerte abrazo a ambos y gracias por tus generosas palabras, Gabriel.

AP: Pues muchas gracias, Carlos, un honor haberte escuchado aquí en Norte Económico. Eres un reconocido analista político en nuestro país, muchísimas gracias, todo lo mejor, un fuerte abrazo.

GC: Amigos de Norte Económico, hemos concluido esta edición semanal. La verdad es que disfruté mucho esta charla con Carlos Elizondo Mayer-Serra. Espero que todos ustedes también la hayan disfrutado y, como siempre, agradecemos su preferencia al escucharnos. Les mando un gran saludo y les deseo todo lo mejor, especialmente mucha salud.

AP: Gracias por escucharnos, no dejen de interactuar con nosotros a través de correos electrónicos, comentarios en nuestras redes sociales y cualquier canal de comunicación. Siempre nos da mucho gusto saber de ustedes. Y en ese sentido, Gabriel, varias personas nos han comentado que extrañan nuestras recomendaciones, especialmente de vinos. Y bueno, también ya Carlos nos hizo el favor de recomendarnos un par de libros, así que, ¿qué te parece si nos recomiendas algo para disfrutar los debates presidenciales en Estados Unidos, si es que todavía vamos a tener, y sobre todo los libros que nos recomendó Carlos?

GC: Bueno, venga, muchas gracias, Alex. Pues mira, había estado pensando en algún vino americano, particularmente californiano, dado que son las elecciones en Estados Unidos, pero la verdad voy a preferir recomendar un vino mexicano por su calidad. Recordemos que hace algunos meses recomendamos el vino tinto Don Leo, de Parras, Coahuila, que ganó el (premio al) Mejor Vino Cabernet Sauvignon de todo el mundo en este concurso internacional de vinos que se hace en Francia. Ése es un gran vino, sin duda, pero ahora para las elecciones y que nos acercamos a todo este tema de octubre y noviembre en el otoño, la verdad es que un segundo vino de Don Leo que vale muchísimo la pena es el Cabernet Sauvignon-Shiraz. Este ensamble creo que les quedó espectacular; no es el mejor ensamble Cabernet Sauvignon-Shiraz del mundo, pero ganó una doble medalla en este concurso internacional de vinos. Este viñedo es muy interesante, porque no es tan antiguo pero está en Parras, Coahuila, que es de los viñedos más antiguos de toda América. Pero bueno, viene de un señor que llegó de Alemania a Coahuila en 1938, Leo Mendel, y su gusto por arar la tierra y por los vinos lo fue transmitiendo por generaciones. En el año 2000 empezaron su primera plantación; en el 2007 su primer vino inclusive no fue nada más el Cabernet Sauvignon, que ahora ganó el premio al mejor del mundo, sino fue justamente el que estamos recomendando, el Cabernet Sauvignon-Shiraz. Este fue su primer vino, tuvo un gran éxito y a partir de ahí empezaron a construir. Es un vino que tiene 20 años desde que empezaron a plantar la vid y que hoy es de los mejores vinos a nivel mundial. Entonces, no nos vayamos por país, vámonos por calidad y qué bueno que sea un vino mexicano. Recomendado este Don Leo.

AP: Perfecto, Gabriel, estoy seguro de que todos van a agradecer mucho tu recomendación. Y bueno, aprovecho también para agradecerte a ti y al equipo por su contribución para este vigésimo segundo episodio. No dejen de escucharnos la próxima semana en otra entrega más de Norte Económico. Cuídense mucho y les mando un fuerte abrazo a todos.

 

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