LAS CLAVES PARA QUE EL PESO MEXICANO RECUPERE SU ATRACTIVO
EPISODIO 16 - PODCAST NORTE ECONÓMICO
- Las monedas en Latinoamérica, a excepción del peso argentino, están subvaluadas alrededor de 10 por ciento.
- En el caso de México, hay una serie de factores políticos, financieros e incluso sanitarios que podrían detonar el valor de su moneda.
- En general, las divisas de los mercados emergentes se recuperarán a un ritmo más lento que en la crisis de 2008-2009.
Ciudad de México, 2 de septiembre de 2020.— La decimosexta emisión del podcast Norte Económico, producido por Grupo Financiero Banorte, tuvo como invitado de honor a Robin Brooks, Director General y Economista en Jefe del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en inglés), quien compartió sus impresiones sobre la caída de la actividad económica y el valor de las divisas en América Latina, así como las claves para una eventual recuperación.
Entrevistado por Gabriel Casillas y Alejandro Padilla, líderes del área de Análisis Económico de Banorte, Brooks explicó que las monedas latinoamericanas están subvaluadas alrededor de 10 por ciento (a excepción del peso argentino), lo cual calificó como una buena noticia. Al referirse al peso mexicano, señaló que en principio tiene un gran valor; la gran pregunta es cómo detonarlo. En este sentido, enumeró tres claves que contribuirían al atractivo de nuestra moneda:
- La distribución de una vacuna contra el COVID-19. Esto transformaría el apetito global de los inversionistas por el riesgo y sería muy benéfico para divisas como el peso.
- Una victoria del demócrata Joe Biden en las elecciones presidenciales en Estados Unidos.
- La opinión de los mercados sobre la política pública de México en respuesta a la crisis. Un punto a favor es que, actualmente, Banxico es considerada una de las instituciones más ortodoxas del mundo.
El Economista en Jefe del IIF aclaró que aún hay mucho escepticismo de los inversionistas hacia los mercados emergentes, sin embargo, dijo que esta situación empieza a cambiar en América Latina.
Por ahora, continuó Brooks, los países de la región deberán lidiar con una caída generalizada de la actividad económica y recesiones profundas, que van desde 5 por ciento en Chile hasta 8 o 9 por ciento en México, así como una debacle de 10 por ciento en Argentina, o incluso más.
El economista explicó que, a diferencia de la crisis financiera de 2008-2009, las monedas de los mercados emergentes tardarán más tiempo en recuperarse, ya que en ese entonces fue determinante un programa de estímulo por parte de China, a través de la construcción de infraestructura. Asimismo, las condiciones del comercio internacional y los precios de las materias primas no ayudarán como lo hicieron hace poco más de una década.
El episodio completo de Norte Económico está disponible desde este miércoles en Spotify, Apple Podcast y en el sitio GFNorte. Asimismo, la traducción en español está disponible en el sitio de noticias de Banorte.
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Transcripción:
NORTE ECONÓMICO: EPISODIO 16
GC: Hola, ¿qué tal? ¿Cómo los trata la pandemia? Bienvenidos a Norte Económico, un podcast de Grupo Financiero Banorte. Mi nombre es Gabriel Casillas y me acompaña Alejandro Padilla; juntos llevamos la conducción del podcast y de los grupos de Análisis Económico y Estrategia Financiera de Mercados. Hola, Alex, ¿cómo estás?
AP: Hola, Gabriel, me encuentro muy bien. Espero que tanto tú como todos nuestros amigos de Norte Económico se encuentren también muy bien, especialmente con mucha salud. Muy contento por la entrevista que tenemos para el día de hoy.
GC: Así es, Alex, y en esta ocasión contamos con otra figura en el mundo de la economía y mercados financieros internacionales. Me refiero al Economista en Jefe del Instituto de Finanzas Internacionales, Robin Brooks. Y bueno, a manera de recordatorio, este Instituto de Finanzas Internacionales (o, por sus siglas en inglés, IIF) es como la Asociación de Bancos de México pero a nivel mundial, y no nada más incluye bancos, sino también incluye compañías aseguradoras y todo tipo de instituciones financieras. Es un organismo muy importante, que tiene muchos años funcionando alrededor del mundo, y ayuda para, por ejemplo, tomar temas de legislación, regulación bancaria, hacer un análisis, poder llevar estos análisis con los diferentes reguladores en diferentes partes del mundo, juntar a los analistas económicos en el mundo y a los banqueros para platicar de cuáles son los temas más importantes en las finanzas y hacia dónde vamos en el futuro. Por ejemplo, los últimos temas (en los) que ha estado muy metido el IIF justamente es en todos estos modelos de ESG, en estos modelos de negocios en donde se incorpora el gobierno corporativo, el tema ambiental y el tema social como parte integral de un organismo.
AP: Muy bien, Gabriel, y además también me gustaría recordarles a las personas que nos escuchan que la entrevista la haremos en inglés, pero podrán encontrar la transcripción en español en el sitio de noticias de Banorte.
GC: Y bueno, Alex, pues a cambiar de idioma.
LA ENTREVISTA
La coyuntura económica contada por sus protagonistas
AP: Queridos amigos de Norte Económico, estoy muy contento de presentarles a un gran economista y un buen amigo de Banorte, Robin Brooks. Voy a hacer un breve recorrido por su interesante currículum. Actualmente funge como Director General y Economista en Jefe en el Instituto Internacional de Finanzas. Se unió al instituto en abril de 2017 proveniente de Goldman Sachs, donde era Director General del equipo de Estrategia de Tipo de Cambio. Además de ocupar varias posiciones relevantes en el sector privado, Robin Brooks trabajó ocho años como economista en el Fondo Monetario Internacional. Sus investigaciones académicas han sido publicadas en revistas tan importantes como American Economic Review, Papers on Economic Activity, IMF Staff Papers, entre otras. Brooks obtuvo su Doctorado en Economía en la Universidad de Yale en 1998 y concluyó la Licenciatura en Economía Monetaria en la London School of Economics en 1993. Robin, ¡bienvenido a Norte Económico!
RB: ¡Muchas gracias por invitarme! Es un gran placer y privilegio estar con ustedes, Alex y Gabriel. Banorte es un integrante clave del IIF del que estamos muy, muy orgullosos. Y, de hecho, Banorte es uno de los pocos miembros con los que hemos hecho un evento conjunto desde que me uní al IIF. Todavía recuerdo afectuosamente la conferencia que organizaron en la Ciudad de México en septiembre de 2018, la cual fue todo un éxito. Los tengo muy cerca de mi corazón.
AP: Gracias por venir y definitivamente recordamos ese evento. Fue muy agradable gracias a ti y a que pudimos invitar a la nueva administración que estaba por llegar a México. Nos llegaron muchas preguntas de inversionistas. Y sí, definitivamente estoy de acuerdo contigo: fue todo un éxito y quedamos muy contentos y agradecidos por tu ayuda en aquel momento, amigo Robin. Y aprecio mucho que nos acompañes en nuestro podcast Norte Económico. Espero que te esté yendo bien en estos momentos difíciles y bienvenido también.
Permíteme iniciar con la primera pregunta. La pandemia de COVID-19 está desatando la peor recesión por lo menos desde la Gran Depresión, hace casi cien años. ¿Cuál es tu apreciación sobre la recuperación de la economía global? ¿Qué piensas sobre los posibles cambios estructurales en la economía que podrían venir después de la pandemia?
RB: Ésa es una gran pregunta. Como sabes, los economistas que están al frente ahora estaban luchando con el mismo enfoque que en la última batalla. Estábamos concentrados en desbalances financieros en diferentes sectores y en una recesión como la de 2008 y 2009, pero esto es completamente diferente. Es un asunto médico, es un asunto sanitario y se trata de un virus.
Lo que realmente necesitamos para dejar atrás este shock es una vacuna. Estaba escuchando la radio hace unos días mientras llevaba a mi hijo a su práctica de fútbol y lo que dijeron fue que lo más pronto que podríamos esperar que haya una distribución masiva de vacunas en Estados Unidos es hacia finales de 2021. Y eso va en línea con algunas de las cosas que hemos estado escuchando internamente de algunos canales oficiales. Y también creo que, desafortunadamente, la situación va a seguir siendo muy diferente por un plazo más largo del que la gente está esperando.
Durante gran parte de mi carrera, me acostumbré a observar datos y a hacer deducciones a partir de ellos. Tal vez los datos son más fuertes para este lugar y eso puede traer una tendencia alcista para las acciones y tal vez una tendencia a la baja para la deuda, o tal vez los rendimientos van a subir. Pero creo que todo ese manual ha quedado rebasado porque ahora tenemos un escenario en el que, si la actividad económica sube… Tuvimos un auge económico en los estados sureños de Estados Unidos recientemente. Todas las personas que fueron a bares y restaurantes comenzaron a contagiarse unos a otros de COVID y ahora hay una gran ola de infecciones. Entonces una actividad económica más alta, paradójicamente, puede ser un indicador inverso de que, dentro de tres meses, la actividad estará todavía peor y tendremos que cerrar la economía.
Creo que estamos en algo parecido a un yoyo. Acabo de regresar de Alemania de vacaciones y Alemania está viendo las mismas cosas. Muchos turistas están volviendo de España y trayendo al virus con ellos. Creo que hay una luz al final del túnel, pero la realidad es que esto podría durar bastante más. Nuestros pronósticos reflejan eso y son bastante intrigantes.
GABRIEL: Robin, ¿podrías decirnos cuál es tu pronóstico para la economía global, por favor?
RB: Claro, por supuesto. Para darte una idea y un poco de contexto, la actividad económica global cayó 2% de forma anualizada en 2008 y 2009. Para este año, tenemos una contracción en actividad económica 4.5%. Entonces, ésta es una recesión global dos veces más grande que la de la crisis financiera global y eso ya dice bastante. ¿No?
Por supuesto, eso es solamente el promedio global. Tenemos diferentes países en la economía global que están siendo más golpeados que otros. A pesar de que nos gusta mucho quejarnos, en Estados Unidos, de hecho, tenemos suerte. Hemos sido capaces de hacer expansiones fiscales masivas, las cuales nunca se habían hecho, y hemos hecho expansiones cuantitativas en una escala que nunca se había visto. Y, por eso, la recesión que tendremos en Estados Unidos al final del día va a ser mucho menor que en otros países, incluyendo mercados emergentes.
AP: Entonces, Robin, tomando en cuenta tus últimos comentarios sobre la respuesta al COVID-19 en términos de política pública, hace unos días la reserva Federal de Estados Unidos anunció la revisión de sus objetivos de largo plazo y de su estrategia de política monetaria. Parece que “la Fed” está admitiendo una relación más débil con la curva de Phillips, un alcance limitado de la política monetaria tradicional e incluso evidencia más fuerte para la teoría del estancamiento secular. ¿Cuál es tu opinión sobre la Reserva Federal, tomando en cuenta esta revisión? ¿Y qué podemos esperar en términos de política monetaria a nivel mundial?
RB: Es una gran pregunta y déjame empezar con un poco de contexto y después hablaré de la política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos en particular. Creo que, al empezar esta crisis, la curva de Phillips se había hecho de una mala reputación. Pienso que esto es en parte injusto, porque la curva de Phillips sólo es tan buena como la información con la que la generes. Como tu audiencia sabe, la curva de Phillips es la relación entre inflación y capacidad productiva sin utilizar. Y da la casualidad de que somos muy, muy malos para medir la capacidad económica sin utilizar en Estados Unidos.
Por ejemplo, antes de que comenzara la crisis, antes del golpe del COVID, el índice de desempleo andaba alrededor de 3%. Entonces, estaba muy bajo para estándares históricos, pero la participación de la fuerza laboral, especialmente entre hombres, estaba muy deprimida. Y eso es algo que las estadísticas sobre desempleo no estaban tomando en cuenta. Entonces, tenemos mucha capacidad ociosa en el mercado laboral.
No quiero sonar ofensivo, sólo quiero defender un poco la curva de Phillips y creo que, al final, un modelo sólo puede ser tan bueno como la información con la que lo elaboremos. Voy a dejar de defender la curva de Phillips por ahora.
Creo que esto ha influido en la política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos. En el discurso que Jerome Powell, el presidente de la Fed, dio ayer (el 27 de agosto de 2020), estaba diciendo que realmente no entendemos lo que significa capacidad productiva ociosa y no entendemos tampoco lo que significa un nivel total de empleo en el mercado laboral y somos muy malos para medir los espacios vacíos. Lo que sí hizo fue enfatizar que no vamos a iniciar una política restrictiva de forma prematura si sentimos que el mercado laboral se está estrechando y vamos a compensar subestimaciones pasadas de inflación promediando inflación durante el ciclo.
Creo que todas estas acciones son algo bueno. Francamente, no es nada nuevo ni emocionante. Creo que el mercado ya había tomado en cuenta la mayor parte de esto en sus precios. Creo que el mercado ya había entendido de facto que esto ya estaba sucediendo. Y por esa razón, creo que es bueno.
Sí tengo una petición para la Fed, que es la siguiente. Lo que realmente importa para la recuperación de Estados Unidos son las condiciones financieras y, en particular, para Estados Unidos, el rendimiento de la tasa a 10 años que tiene una influencia muy grande sobre las tasas de interés para hipotecas que paga la mayor parte de los estadounidenses. Es aquí donde me gustaría ver que la Fed haga más para asegurarse de que la tasa de interés de 10 años quede anclada, que tengamos algo de estabilidad. No estoy diciendo que, necesariamente, deba establecerse algún tipo de control sobre la curva de rendimiento ni nada parecido. Pero creo que es muy importante que la Fed haga algo para pensar y señalar que el rendimiento nominal a 10 años y la curva de rendimiento deben quedar anclados.
AP: ¡Gracias, Robin!
GC: ¿Sabes? Creo que mencionas algo muy interesante con el control de rendimientos, porque, de hecho, con lo que pasó después del discurso de Jerome Powell en Jackson Hole, comenzamos a ver una curva más empinada. Entonces eso definitivamente es una señal de control de rendimientos.
RB: Por supuesto. Me da gusto que menciones eso, Gabriel, porque, como sabes, los mercados estuvieron operando con una subestimación de la inflación. Estoy exagerando un poco, porque, al final, el rendimiento de la tasa a 10 años subió 6 o 7 puntos base. Pero lo que los mercados subieron fue apenas lo de la tasa esperada de inflación. Entonces, el mercado está tomando en cuenta una Fed más permisiva.
Y para estimular la economía de Estados Unidos, lo que quieres es que la tasa de inflación esperada suba. Entonces, eso fue bueno, pero lo que realmente necesitas es que también baje el rendimiento, y eso no fue lo que sucedió ayer. Lo que sucedió ayer fue que la tasa de inflación esperada subió y los rendimientos nominales subieron también. Es una situación un tanto neutral que va en el sentido de unas condiciones financieras ligeramente apretadas. Y creo que eso no es lo que queremos.
GC: ¡Gracias, Robbie! ¿Quieres decir algo, Alex?
AP: Sí, tal vez por el lado fiscal, porque también creo que la inclinación de la curva de rendimiento en Estados Unidos va a comenzar a incorporar lo que está sucediendo con el estímulo fiscal. Quizá podemos hablar un poco sobre eso un poco más adelante en esta entrevista, pero tal vez alguno de ustedes quiere ser algún comentario sobre las implicaciones fiscales de la curva de rendimiento.
RB: Nunca hemos visto déficit de este tamaño en términos absolutos. Por supuesto, ahora mismo hay desacuerdo en Estados Unidos sobre el tamaño y el alcance de un posible programa de estímulo adicional. Pero ¿qué creen? Es un año electoral y tengo un presentimiento de que vamos a ver más estímulos. Por lo tanto, tal vez podemos terminar con un déficit para este año y el siguiente de 20% o 30% y, de manera acumulada para estos dos años, de 40 a 50%. Entonces sí, ¡números sin precedentes!
Mucha gente en Estados Unidos como parte de esta crisis están hablando de la MMT, esta idea de teoría monetaria moderna, esta idea de que puedes hacer grandes programas de estímulo fiscal, porque las tasas de interés son bajas de cualquier manera. Y entonces incorpora la idea de que la política monetaria es inefectiva aquí y que tenemos que dar estímulos vía política fiscal. Creo que, de hecho, está volviéndose más difícil distinguir sobre el papel lo que está pasando en Estados Unidos.
Tenemos un programa de estímulo fiscal muy, muy grande y tenemos la monetización de la Fed, que es significativa. Pero creo que el espíritu de lo que está sucediendo aquí es muy diferente de la teoría monetaria moderna. La teoría monetaria moderna es básicamente una agenda muy agresiva que busca cosas como un nivel de empleo total y creo que eso no es lo que está sucediendo aquí. En Estados Unidos estamos intentando hacer control de daños, estamos intentando enviarle cheques a la gente y mantener a las empresas operando.
El punto en el que termina todo este debate sobre la política fiscal, sobre la curva de rendimientos es en que muchos de nuestros clientes y mucha de la prensa han estado hablando del dólar y sobre la posibilidad de que el dólar esté erosionando su estatus de moneda de reserva, de que nos estamos aprovechando demasiado de este privilegio especial. Creo que el consenso en Washington es que, por ahora, podemos seguir aprovechándonos de esto bastante sin que haya daños al estatus de moneda de reserva del dólar, pero, claramente, si continuamos por este camino, puede ser peligroso.
Creo que esto fue una forma muy larga y amplia de responder tu pregunta sobre la curva de rendimientos. ¿Que si creo que hay un premio al riesgo fiscal para rendimientos de mayor plazo? No, realmente no creo eso.
GC: Muy bien. Y en este contexto, un poco más sobre el tema fiscal y perdón que me meta en temas políticos. Sabes que, en español usamos la misma palabra, “política” para referirnos a la políticas públicas y a lo que hacen los políticos. Sé que en inglés no es así y en alemán no sé. Tal vez usen una palabra diferente. ¿Pero crees que haya un cambio significativo en política fiscal si Donald Trump es reelegido o si Joe Biden gana la elección en noviembre?
RB: Hay un gran debate sobre esto ahora mismo. Permíteme regresar un poco. Obviamente, Estados Unidos como sociedad tiene toda su atención puesta en la desigualdad. Hay desigualdad en el ingreso, hay desigualdad racial. Ahí están las protestas del movimiento Black Lives Matter y algunas tragedias que las han detonado. Entonces, el tema para los demócratas es que hay mucho que se necesita hacer para reducir esa desigualdad.
Ahora, regresando a lo que estaba diciendo anteriormente sobre la teoría monetaria moderna, algunos consejeros clave o figuras clave en el Partido Demócrata están en medio de un gran debate. Las personas que son fiscalmente más conservadoras y están asesorando a Joe Biden están diciendo que la administración de Donald Trump usó mucho espacio fiscal y que, después de eso, el impacto del COVID consumió todavía más espacio fiscal y, por lo tanto, nuestras manos están atadas. Dicho de otra forma, vamos a tener que aumentar los impuestos corporativos y hacer un montón de cosas en cuanto a impuestos para asegurarnos que el presupuesto quede bajo control.
Existe esa visión entre los partidarios de la teoría monetaria moderna, cuya exponente más importante es Stephanie Kelton, una profesora de la Universidad Stony Brook en Long Island. Ella dice: “¿Acaso no han aprendido nada? Las tasas de interés están bajas, no hay restricciones fiscales, deberíamos hacerlo y, si queremos impulsar un gran programa de empleo, entonces hagámoslo.”
Los demócratas se han pasado de apoyar lo que solíamos llamar “gravar y gastar” a lo que llamamos “pedir prestado y gastar”. Honestamente, como alguien que es más conservador fiscalmente — crecí en Alemania y no soy un gran fanático de la deuda necesariamente — creo que ambos partidos, el Republicano y el Demócrata, podrían terminar recurriendo a mayor gasto pronto.
GC: Gracias, Robin. Sí, sí. Y una pregunta rápida sobre esto, sobre la política monetaria moderna. Cuando leo a Stephanie Kelton — he tenido la oportunidad de escucharla en una conferencia — lo que siempre pienso es: “Bueno, tal vez esto funciona en países que son capaces de imprimir dinero de la reserva pero no en países como México donde no solemos imprimir dinero de la reserva.” ¿Tienes algún comentario sobre esto?
RB: Sí y debo empezar diciendo que no soy un experto en MMT (Teoría Monetaria Moderna) y no he leído el libro de Stephanie Kelton, pero sí sé mucho sobre el tema y tuiteo con gran entusiasmo sobre ése y muchos otros temas. Y lo que voy a decir es que los insultos que lanzan los partidarios de la política monetaria moderna hacia mis tweets son mucho más creativos y vivaces que los insultos que recibo en respuesta a otros tuits. Por alguna razón, el tema de la teoría monetaria moderna despierta muchas emociones.
Pero específicamente sobre tu pregunta, en mi opinión, esta teoría está basada en una tautología, en la que se da por sentado que existe la soberanía monetaria. Y lo que esa suposición dice es que, si tienes soberanía monetaria, básicamente puedes controlar la curva de rendimientos sin que nada más importe. Y, por lo tanto, si la inflación está bien contenida, puedes emitir un montón de deuda y gastar. Por supuesto, en algún punto la inflación va a subir y, en ese momento, tendrás que subir los impuestos o hacer algo más. Pero la suposición clave es básicamente que podemos hacer lo que queramos, simplemente porque podemos. Este asunto de la soberanía monetaria es evidente y no explica cuál es el verdadero problema: como se gana la soberanía monetaria y cómo se pierde.
Los tuits que más han enojado a los partidarios de la teoría monetaria moderna son los que dicen “¿Han pensado que la consecuencia de largo plazo de esto podría ser que el dólar deje de comportarse como dólar y que perdamos soberanía monetaria?” Y, por supuesto, ése es un tema complicado.
Pero lo que vemos en los mercados emergentes es que, al inicio de este año en particular, algunos mercados emergentes estaban coqueteando activamente con la expansión cuantitativa y la expansión fiscal. La realidad es que a los mercados no les gustó eso para nada. Los países que crearon con ese tipo de políticas públicas — Brasil viene a la mente en particular — sufrieron caídas muy importantes en sus monedas y esto es algo que la teoría monetaria moderna no puede explicar: Cuándo eres un país con soberanía monetaria y cuando no lo eres. Y es, francamente, la única pregunta que importa al final del día.
Si puedes gastar, puedes gastar. Gracias por decirme algo que ya sabía. Y si no puedes gastar, no puedes gastar. Gracias por decirme algo que ya sabía. La incógnita es la transición entre una y otra y, en un plano más grande, a pesar de la de las pláticas sobre expansión cualitativa en mercados emergentes, las magnitudes fueron realmente pequeñas y estamos viendo de facto muchas pláticas, muchas discusiones. Pero la realidad es que hay muy poco financiamiento monetario ocurriendo. La mayoría de los países en el planeta no son soberanos monetarios en ese sentido.
AP: ¡Muy bien, Robin! Sabía que esta conversación iba a entrar tarde o temprano en la arena del tipo de cambio, porque sé que eres muy apasionado sobre el mercado del tipo de cambio y tengo que admitir que tienes mucho talento, que está en tu ADN y que te vas a seguir siendo un estratega muy talentoso.
RB: Me lo dice otro estratega de tipo de cambio.
AP: ¡Gracias, muchas gracias! Déjame preguntarte algo especial sobre la reciente debilidad del dólar que hemos estado observando y que se explica por algunos factores que hemos estado discutiendo en este podcast. ¿Cuál es tu expectativa para el dólar estadounidense en lo que resta de 2020 y el 2021, considerando lo que hemos estado diciendo hasta ahora? También, ¿cuál es tu postura sobre las monedas de mercados emergentes, especialmente el peso mexicano?
RB: Gracias por la pregunta. Nosotros distinguimos entre el dólar contra las monedas del G10 y el dólar contra las monedas de mercados emergentes. Y, en mercados emergentes, no consideramos al yuan chino. Entonces, hablamos de mercados emergentes excluyendo a China. Hasta donde mi hasta donde mi conocimiento limitado me permite entender, el tipo de cambio entre el dólar y las monedas del G10 es básicamente una función de diferenciales en política monetaria, diferenciales en intereses y un par de cosas más. Pero básicamente es la postura relativa sobre política monetaria.
¿Que si en general creo que hay espacio para que el dólar caiga respecto a las monedas del G10? No, no realmente. Los dos socios comerciales más grandes de Estados Unidos son la Eurozona y Japón, y los dos tienen una inflación muy baja, rayando en la deflación. ¿Hay espacio para una gran depreciación del dólar? No, eso sería un golpe deflacionario para ambos socios comerciales y no sería sostenible. Mi visión es que el dólar contra las monedas del G10 básicamente va a ser una cuestión en la que no pasará mucho. Se moverá solamente dentro de un rango limitado y, francamente, no será muy interesante. Dicho lo anterior, en las últimas semanas, la gente ha estado muy emocionada por el aumento en el tipo de cambio entre el euro y el dólar, en particular por una cumbre de la Unión Europea y porque la gente piensa que Europa ha alcanzado un hito (al superar la primera ola del COVID-19). No creo que ésa sea una justificación para un golpe deflacionario que sería provocado por la apreciación del euro.
Creo que la historia más interesante es la de los mercados emergentes. Las monedas de los mercados emergentes en la valoración que hacemos están muy baratas. El peso mexicano está barato. Tenemos subvaluaciones en toda América Latina de alrededor de 10%, con una gran excepción, que es Argentina. El peso mexicano está en ese punto. En principio, hay un gran valor en él. La pregunta es qué necesita ocurrir para liberar ese valor. Obviamente, lo más básico sería una vacuna. Eso transformaría el apetito global por el riesgo y sería muy benéfico para monedas como el peso mexicano. En segundo lugar, creo que una administración demócrata a partir de noviembre — un demócrata ganando las elecciones — sería muy positivo para el peso mexicano. Y, en tercer lugar, creo que México va a salir de esta crisis luciendo muy bien en cuanto a su política pública, especialmente por Banxico, que es una de las instituciones más ortodoxas. Hemos visto mucha comunicación y creo que los mercados van a premiar eso.
Sin embargo, nuestra base de clientes todavía tiene sentimientos encontrados respecto a los mercados emergentes. La gente está muy escéptica, porque varios han perdido mucho dinero en los mercados emergentes. Todavía están enfocados en las historias idiosincráticas que son complicadas y nuestro modelo todavía indica que hay algunos puntos problemáticos, por ejemplo Turquía. Este país tuvo una sobrevaluación muy significativa que está causando estrés. Tenemos una sobrevaluación todavía para Sudáfrica una sobrevaluación para Egipto, para Pakistán y para varios países más. Todavía hay un poco de estrés en el sistema, pero, en general, creo que soy un fanático del peso mexicano de manera personal.
GC: ¡Excelente, Robin! Me agrada escuchar eso y me agrada escuchar que mencionas que el Banco de México es uno de los bancos centrales más ortodoxos del mundo. De hecho, algunos inversionistas con los que hemos hablado nos dicen que es como un BundesBanxico (en referencia al banco central alemán, Bundesbank) o algo parecido.
RB: Sí, y es una muy buena comparación, porque Banxico se apegó a su manual. Creo que hay un tipo de predictibilidad que la gente ha llegado a respetar bastante y el peso mexicano ha tenido un mejor desempeño que varias otras monedas de América Latina. Eso es parte de lo que está ocurriendo.
GC: Y en este contexto, una pregunta de seguimiento a algo que ya había preguntado. Robin, ¿cuál es tu opinión sobre América Latina en cuanto a crecimiento, al marco macroeconómico y a las políticas económicas? Sé que ya has mencionado un par de cosas, pero nos gustaría oír algo más amplio. Cuando comparas a México con la región o con el resto del espectro de mercados emergentes, ¿cuáles son tus pensamientos y preocupaciones? ¿Cómo percibes el sentimiento de los inversionistas hacia México más allá de que tú seas un fanático del peso mexicano?
RB: Permíteme comenzar con un comentario más general y creo que es una pregunta clave. En la crisis financiera global en 2008 y 2009, tuvimos atenuamiento de las políticas de la Fed y, en muchos aspectos, eso fue tan transformador como lo que está ocurriendo ahora. Tuvimos una expansión cualitativa por primera vez, tuvimos guías por primera vez, etcétera. Todas estas cosas que la Fed hizo y que está haciendo ahora. La expansión de la hoja de balance que hemos estado teniendo de la Fed ha sido tremenda, pero, de hecho, las monedas de mercados emergentes no se han recuperado tan rápido como lo hicieron en aquel entonces. Creo que hay una gran diferencia y esa diferencia es China.
En 2009, China llevó a cabo un programa gigantesco de estímulo a través de la construcción de infraestructura. Fue básicamente un gesto genuinamente altruista. Hicieron ese programa de estímulo para ayudar a la economía global en un momento en el que la economía global necesitaba demanda. Y ellos proveyeron eso, fue muy bueno y fue muy útil.
En aquel entonces estaba trabajando en un hedge fund (fondo de cobertura) y uno de los países en los que tenía que trabajar era Australia. Como ustedes saben, Australia exporta mucho mineral de hierro y carbón directamente a China. La discusión en aquel momento giraba exclusivamente en torno al programa de estímulos de China, los precios de las materias primas y cuáles eran las mejores monedas y mercados para aprovechar esos estímulos. Eso es lo que nos hace falta en esta ocasión, en mi opinión. Es un gran problema para América Latina y es una de las razones por las cuales se recuperaron las monedas de los países emergentes. Recuerden que, antes de la crisis financiera global, el real llegó a subir hasta 1.5 unidades por dólar. Después, tuvimos la gran caída causada por la crisis financiera, pero, de hecho, se recuperó bastante rápido. Eso fue enteramente, en mi opinión, gracias a China. Ahora no tenemos eso. Por lo tanto, la recuperación va a ser difícil.
Esta vez, las condiciones del comercio internacional y los precios de las materias primas no nos van a ayudar como lo hicieron en aquel entonces. Por lo tanto, tenemos que ser un poco más realistas y modestos sobre lo que pueda suceder. Pero hablando de manera general, como mencioné sobre los mercados emergentes, sus monedas están muy baratas y esa es una buena noticia.
Pero la actividad económica todavía tiene muchos retos. Tenemos recesiones en toda la región. Vamos a ver una contracción de 8 por ciento o 9 por ciento en el PIB de México este año, una de 5.5 por ciento en Colombia, 5 por ciento para Chile, 7 por ciento para Brasil y, desafortunadamente, en Argentina vamos a tener una contracción de 10 por ciento o incluso más. Entonces, en general, debido a que la región no puede gozar de este privilegio increíble en política pública que Estados Unidos tiene ni de las políticas de ayuda y de reemplazo de ingresos, la actividad económica caerá todavía más.
Eso es lo que hace malo al 2020 y va a tener un efecto también sobre el 2021. Pero creo que vamos a tener un mejor panorama para la región en el mediano plazo. Si miras cómo los economistas están transformándose como resultado de este golpe, si ves cómo están reaccionando las autoridades, creo que la calidad de la respuesta en términos de política pública es bastante alta y México obviamente se destaca en ese frente. Todavía veo mucho escepticismo entre nuestros clientes respecto a los mercados emergentes en general, pero creo que está empezando a desvanecerse para América Latina.
AP: Gracias, Robin, y la pregunta final —te prometo que no va a ser sobre fútbol, hay que concentrarnos en los temas económicos—.
RB: Es un tema doloroso para mí. Lo sabes.
AP: Lo sé. Por eso no voy a hablar sobre ese tema ahora. Pero hemos estado hablando sobre temas relacionados con el COVID, las elecciones de Estados Unidos y otros factores geopolíticos en el mundo. Desde la perspectiva de un inversionista, ¿cuáles son los factores que serán cruciales para el resto del año y para 2021? ¿Cuáles crees que son los temas a los que los inversionistas actualmente no están prestando mucha atención, pero que van a tener un impacto significativo en los mercados financieros?
RB: Esa es una gran pregunta. Obviamente, la severidad de la segunda oleada de contagios va a ser clave si tenemos un nuevo brote de infecciones. Hasta ahora existe la visión de que Europa ha hecho un buen trabajo manejando virus y eso la hace especialmente vulnerable a una segunda ola de contagios.
Mi economista en jefe adjunto, Sergi Lanau, a quien ambos de ustedes conocen, está en Barcelona. No sé si alguna vez lo veré de nuevo. Quería irse a trabajar desde Barcelona y desapareció. Puede que nunca regrese y me dice que el virus en Cataluña está muy mal. En general, toda España está teniendo un rebrote muy fuerte. Como saben, hay mucha gente que va de vacaciones de verano a España y hay un gran riesgo para el resto de la región.
Las elecciones de Estados Unidos serán un gran factor y tendremos que ver cómo se desarrollan las cosas. Yo vine a Estados Unidos en el 93 y, para mí, en aquel entonces era un crisol de nacionalidades. Era un país donde gente de todo el mundo venía y era un lugar maravilloso donde la diversidad funcionaba. En este momento, estoy muy deprimido y triste, porque esa diversidad ya no está funcionando. Y eso significa que las elecciones van a ser bastante complicadas, porque creo que los demócratas necesitan recordar que hay mucha tensión racial en todos lados y entonces necesitan hablarle a todos. Obviamente, Trump está explotando esa situación también. Creo que eso es un tema clave y creo que va a ser clave cómo le vaya a Biden en los debates, cómo maneje su equipo la comunicación en política económica y si le va bien en las encuestas.
El último tema es que seguimos teniendo algunos puntos problemáticos en mercados emergentes. Si recuerdan, en 2018 básicamente teníamos dos puntos problemáticos en mercados emergentes: Turquía y Argentina. Era como un juego de ping pong. Uno de esos países tenía un problema con su moneda, comenzaba a devaluarse y después todo se ponía silencioso. Y, entonces, el otro país empezaba a tener problemas y a explotar. Eso sucedió durante la mayor parte del año, pero, para agosto y septiembre, contagiaron a otros mercados emergentes y fue demasiado para el sistema. Muchos mercados emergentes terminaron afectados.
Hay otra cosa que me preocupa aquí. Tenemos estos puntos problemáticos idiosincráticos y, si resultan en una crisis, considerando cuán afectados están todavía los inversionistas —porque han perdido mucho dinero— creo que eso podría ser un factor de miedo. Éstas son las tres cosas en las que estoy concentrado.
AGRADECIMIENTOS Y DESPEDIDA
GC: Robin, definitivamente muy interesante y te agradecemos mucho tus comentarios perspicaces y gracias por ser un amigo de Banorte. Apreciamos tu amistad personalmente también. Y, bueno, gracias por compartir tus pensamientos y análisis en nuestro podcast Norte Económico. No quisimos traducir el nombre del podcast, porque suena mejor en español en este contexto. Que te mantengas con salud, cuídate mucho y gracias por estar aquí.
RB: Muchas gracias, muchachos. Todo lo mejor para ustedes. Gracias por invitarme y que estén muy bien de salud.
AP: Muchas gracias, Robin. Espero nos veamos pronto.
RB: Hasta pronto, muchachos, estuvo genial. Gracias.
GC: Amigos de Norte Económico, espero que hayan disfrutado de esta entrevista al igual que lo hicimos nosotros. Como todas las semanas, agradecemos su preferencia al escucharnos. Un saludo y todo lo mejor.
AP: Muchas gracias, Gabriel, y a todo el equipo. Fue un episodio muy interesante y bueno, no dejen de escucharnos la próxima semana en otra entrega más de Norte Económico. Cuídense mucho y les mando un fuerte abrazo a todos.