LO BUENO, LO MALO Y LO QUE VIENE EPISODIO 3 - PODCAST NORTE ECONÓMICO
ENTREVISTA A JONATHAN HEATH
- Las exportaciones, que son el principal motor de crecimiento económico para México, aumentaron 11.5 por ciento en diciembre de 2020.
- El empleo y el consumo de los hogares tardarán más tiempo en recuperarse, pero serán esenciales en el mediano plazo.
- Por su parte, la inversión privada es indispensable para que la actividad económica retome su pico de crecimiento antes de 2024.
Ciudad de México, 3 de febrero de 2021.— En un nuevo episodio del podcast Norte Económico, Jonathan Heath, Subgobernador del Banco de México, habló sobre lo que viene para el país en materia de crecimiento económico, empleo e inversión en los próximos tres años, con lo bueno y lo malo del panorama.
El Subgobernador dijo que, dentro de lo que cabe, fue algo positivo que la economía mexicana registrará una caída de 8.5 por ciento en 2020, ya que en la recta final del año se llegó a pensar en un retroceso de 10 o incluso 12 por ciento. No obstante, acotó que ha sido una de las peores debacles del último siglo.
Asimismo, el autor del libro Lo que indican los indicadores señaló que las exportaciones aumentaron 11.5 por ciento en diciembre de 2020, frente al mismo periodo de 2019. Si bien las cifras totales del año pasado fueron muy inferiores a las de 2019, Heath dijo que es esencial para la recuperación económica regresar a los niveles previos a la pandemia de coronavirus, ya que las exportaciones han sido el principal motor de crecimiento para México en las últimas dos décadas.
A pesar de la buena noticia, Heath explicó que el repunte de las exportaciones no es suficiente para que la economía crezca en el mediano plazo. Aquí entra en juego un segundo elemento: la recuperación del mercado laboral y el consumo de los hogares, que será gradual e iniciará este año.
Por su parte, la inversión fija bruta será el componente de mayor importancia en el largo plazo. En este sentido, el Subgobernador de Banxico dijo que es esencial la colaboración entre el gobierno y los empresarios para detonar la inversión privada, ya que en el escenario menos alentador, la actividad económica regresará a su pico anterior de crecimiento hasta el segundo trimestre de 2024.
Finalmente, Heath dijo que no se descartan mayores ajustes en la tasa de interés por parte de Banxico, que actualmente se ubica en 4.25 por ciento, aunque esto dependerá de que la inflación converja hacia el objetivo del banco central de 3 por ciento. Señaló que se espera un aumento inflacionario en el mes de abril, por lo que la baja en las tasas podría aplazarse hasta después de mayo.
El episodio completo está disponible desde este miércoles en Spotify, Apple Podcast, Amazon Podcasts o en el sitio GFNorte.
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Transcripción:
Con Gabriel Casillas, Director General Adjunto del área de Análisis Económico y Relación con Inversionistas, y Alejandro Padilla, Director Ejecutivo de Análisis Económico y Estrategia Financiera de Mercados. Un podcast de Banorte para encontrar el horizonte de la economía.
Entrevista con Jonathan Heath, Subgobernador de Banxico.
GC: Bienvenidos a Norte Económico, el podcast que te ayuda a encontrar el horizonte de la economía de Grupo Financiero Banorte. Mi nombre es Gabriel Casillas y junto con Alejandro Padilla, lideramos los equipos de Análisis Económico y Estrategia Financiera de Mercados de Banorte. ¿Cómo estás, Alex?
AP: Gabriel, un saludo a ti y a todos los que amablemente nos escuchan en esta ocasión. Afortunadamente me encuentro bien y espero que también todos ustedes se encuentren bien de salud. Bastante contento por la entrevista que traemos el día de hoy, y bueno, probablemente coincidas conmigo, Gabriel, pero estamos doblemente entusiasmados porque justo el invitado de hoy fue nuestro padrino de honor en el lanzamiento del podcast del año pasado.
GC: Claro que sí, estimado Alex, tenemos una reincidencia. Muy contentos por esta repetición y que nos acompañes, estimadísimo Subgobernador del Banco de México, Jonathan Heath.
LA ENTREVISTA
La coyuntura económica contada por sus protagonistas
AP: Es un honor para nosotros contar con Jonathan Heath nuevamente en la mesa de análisis de este podcast, quién es Subgobernador del Banco de México, además de ser un economista muy connotado en nuestro país. Jonathan, muchas gracias por acompañarnos nuevamente a Norte Económico. Bienvenido, esta es tu casa.
JH: Muchas gracias a ustedes por la invitación.
GC: Bueno, pues empezamos con esta entrevista, estimado Jonathan. Quisiéramos empezar con tu perspectiva sobre la economía global. ¿Qué tan optimistas debemos estar? Hace poco el Fondo Monetario Internacional publicó su Perspectiva Económica Global actualizada, y parecía una visión bastante promisoria para 2021, especialmente en los Estados Unidos. ¿Qué opinas, cómo sopesar estos riesgos asociados a las nuevas olas de contagio de COVID, el surgimiento de otras cepas de este coronavirus, del programa de vacunación que ha sido más lento de lo que se había previsto, cómo ves este contexto macroeconómico a nivel global, estimado Jonathan?
JH: Bueno, creo que sigue siendo bastante incierto. Hay una posibilidad de que el crecimiento a nivel mundial sea mayor a lo esperado, pero obviamente va a depender no solamente de la rapidez de toda esta campaña mundial de la vacunación, sino también de su eficacia, que no queda tan clara, y también de una cobertura un poco más equitativa, que también es algo que se ha visto concentrado en... no sé... una docena de países la mayor parte de la vacunación, y entonces no queda tan claro y pudiera ser que sí se dé una recuperación, pero que sea una recuperación bastante inequitativa, donde vemos ciertas partes del mundo recuperándose bastante bien. Yo creo que Estados Unidos obviamente tiene una ventaja; los países que más dinero tienen son los que además están consiguiendo la vacunación, y ahora deseamos que sea una vacunación eficaz y que no vaya a perder su valor ante los nuevos tipos de virus que están apareciendo, que tienen un nivel de contagio todavía mayor y que no queda tan claro si van a estar cubiertos o no por estas vacunas. Entonces, definitivamente yo diría que todavía enfrentamos un escenario bastante incierto, quizás no tanto como el del 2020, pero tampoco tan diferente.
AP: Y siguiendo con esta pregunta de Gabriel sobre el desempeño económico, pero ahora centrándonos en México, estimado Jonathan, creo que apreciaríamos muchísimo tu visión sobre el panorama económico en nuestro país. Quizás me gustaría preguntarte esto en tres aristas: la primera es la situación actual; ya vimos recientemente el PIB preliminar de todo el 2020, un crecimiento trimestral positivo en el cuarto trimestre de 3.1 por ciento, y con eso en cifras desestacionalizadas, caímos en todo el 2020 en 8.5 por ciento, sin embargo, algunos datos probablemente están mostrando algo de pérdida de dinamismo. La segunda vertiente de esta pregunta tiene que ver más con expectativas, ver hacia adelante en el 2021. Ya mencionaba Gabriel el documento de Perspectivas de la Economía Mundial del FMI; ajustaron su pronóstico para México de 3.5 a 4.3, ya está muy cercano a nuestro 4.1 aquí en Banorte. De hecho, también ya hemos visto algunos ajustes al alza de otros colegas en el medio. Y ahí creo que vale la pena si nos pudieras compartir tu visión sobre qué debemos esperar en términos de recuperación, si existen algunas secuelas sobre la economía, cuánto podríamos tardar en recuperarnos. Ya lo decía Gita Gopinath: de los 190 países del FMI, 110 no lograrán recuperarse ni en 2021 ni en 2022 a los niveles pre pandemia, y en México pareciera que es una situación todavía bastante compleja. ¿Qué retos ves ahí, sobre todo con el programa de vacunación? Y lo que has mencionado de la tasa de desempleo abierta, que probablemente esté mostrando una visión un poco más optimista, pero una vez metidos a los datos mucho más profundos, existe todavía la posibilidad de una pérdida de empleos entre 3 y 5 millones, tomando en cuenta la brecha laboral. Y bueno, finalmente qué papel juega la política fiscal y monetaria. Perdón que sea tan larga mi pregunta, pero creo que valdría la pena si nos puedes compartir tu visión sobre esto, Jonathan, muchas gracias.
JH: Ok, fueron bastante cosas. Bueno, primeramente la situación actual. Yo creo que el cierre del año de un -8.5 fue, ahora sí que dentro de lo que cabe, algo positivo. Hay que recordar que hace ya como cuatro meses, no mucho más que eso, todavía estaba el debate sobre si la caída iba a ser nada más -10 o quizá hasta -12; había bastante pesimismo; vimos el dato del tercer trimestre que tuvo un rebote de 12.1 por ciento, no estuvo tan mal, obviamente falta todavía mucho por recuperar, pero fue una tasa mejor a la esperada. Incluso se estaba esperando para el cuarto trimestre crecer en un rango entre 2 y 3 por ciento, más quizás cerca del dos y medio, y este crecimiento de tres y uno también fue un poco mejor que las expectativas.
Cerramos el año en esa nota positiva, después... Sin menospreciar que el año en conjunto fue nefasto y fue de los peores que hemos visto en un siglo, pero de todos modos terminamos relativamente bien. Y la nota positiva -yo creo que de todos- es que nuestro motor principal de crecimiento de los últimos 25 años, que han sido las exportaciones, cerraron el año 11.5 por ciento por arriba de las exportaciones en diciembre del 2019. Si bien a bien las exportaciones totales del año estuvieron bastante por debajo de las exportaciones totales del año anterior, el hecho de que recuperamos el nivel pre pandémico es un factor, yo diría, esencial, y eso yo creo que hizo la diferencia en el muy corto plazo. Sin embargo, también terminamos el año y empezamos el 21 con una nota negativa, y es que habíamos platicado de diferentes escenarios hace como medio año y decíamos que el peor escenario era una recuperación en forma de W, y esa W pudiera manifestarse si es que hubiera un segundo brote del virus. Y ahora salieron con la noticia de que ya son 15 de las 32 entidades federativas que están en semáforo rojo, y estamos regresando a ciertas políticas de confinamiento no tan estrictas como (en) abril y mayo, eso es algo positivo, pero definitivamente hay muchos establecimientos y actividades que van a volver a cerrar, que habían empezado apenas a abrir, y eso nos da un primer trimestre, yo diría, algo incierto. Incluso habría que explorar la posibilidad de que el primer trimestre de este año pudiera terminar con una tasa ligeramente negativa, o si no, yo creo que muy cercana a cero, precisamente por estas expectativas.
De ahí, obviamente, lo que va a hacer la diferencia es toda la campaña de vacunación. Vemos que en México hemos empezado bastante lento, tenemos un número bastante bajo de vacunas que han llegado al país; ya nos estamos comprometiendo con el Sputnik V de Rusia, que no queda muy claro qué tan efectivo es o no. Hay una gran cantidad de incógnitas, que hacen que prevemos que el crecimiento de este año va a ser algo débil e incierto. Vamos a suponer que el crecimiento va a ser entre el 4.1 de Banorte y el 4.3 del FMI... Yo diría que es una recuperación bastante mediocre después de una caída del 8.5. Crecer arribita de 4 en cualquier año dado, estaríamos brincando de felicidad, porque no hemos crecido arriba de 4 en mucho tiempo. Pero en el contexto que viene después de un año con una caída de 8.5 realmente es muy decepcionante. Y creo que viene en función de varias cosas: uno, obviamente, es que si bien a bien las exportaciones han repuntado y casi siempre, cuando están creciendo bien, es como el motor de crecimiento que jala al resto de la economía interna, en este caso yo creo que no va a ser suficiente.
Y aquí lo que estamos viendo, lo que hará la diferencia entre el corto y el mediano plazo va a ser la recuperación en el mercado laboral; yo creo que es clave y definitivamente de lo más importante. La gente necesita volver a trabajar; muchos están trabajando de medio tiempo, ganando la mitad de sus ingresos; otros perdieron su empleo. Hay una gran cantidad de personas que necesitan un trabajo de tiempo completo y, posiblemente, muchos de los que logran volver a encontrar un trabajo lo van a encontrar con menores ingresos, entonces, eso significa que va a haber una afectación al ingreso personal disponible muy importante, y eso va a hacer que el consumo de los hogares realmente tenga una recuperación muy lenta, muy parcial, que apenas va a iniciar en el 2021 y hará la diferencia del crecimiento yo creo que al final de cuentas.
No hay que voltear a ver la tasa de desempleo abierto; yo diría que ahorita ése es un indicador que cae en la irrelevancia, porque tenemos una gran cantidad, la mayoría de los mexicanos que perdieron su trabajo fueron reclasificados fuera de la fuerza de trabajo tradicional, pero es gente que necesita trabajo y está disponible para trabajar, entonces hay que utilizar otros indicadores como la tasa de desempleo extendida, incluso la brecha laboral para ir midiendo nuestro progreso. Después de haber tocado los peores meses en abril y mayo, hemos visto ocho meses de mejoría en el mercado laboral, sin embargo, si vemos la tasa de desempleo extendida a fin de año, de diciembre, aunque ha mejorado bastante en comparación con nuestros peores momentos, todavía está muy por arriba del peor momento en cualquier crisis que habíamos tenido antes: la crisis tequilera, la gran recesión del 2009, incluso... Bueno, no tenemos los datos para compararlos con la década de los 80, pero yo creo que ahí nos vamos con esa crisis. Entonces, realmente ésa va a ser la parte más difícil, y yo creo que por eso la gran mayoría de las instituciones tienen proyecciones económicas, entre los más pesimistas un 3 por ciento, y hay algún que otro optimista que habla de un 6 por ciento, arribita de 6 por ciento. El Subsecretario de Economía dijo el otro día que podíamos crecer 6; hay una institución financiera, no me acuerdo cuál es, que también tiene un crecimiento de 6.2, pero aún así, déjame pensar que creciéramos ligeramente arriba de 6, aun así es un crecimiento muy mediocre después de una caída del 8.5. Es más, si crecemos 8.5 este año, de todos modos no regresamos al pico anterior simplemente por la base de comparación. Entonces, eso nos lleva al tercer elemento y quizá es el elemento que hará la diferencia entre el mediano y el largo plazo: cómo -y esto sí es muy difícil de contestar- recuperar nuestra capacidad de la inversión fija bruta. Sabemos que en el 2020 la inversión pública va a terminar con una tasa negativa, sin embargo, va a ser el décimo año consecutivo con una tasa negativa, y la inversión pública no hay manera realmente de pensar que pudiera llegar a ayudarnos, con todas las dificultades y las restricciones en las finanzas públicas simplemente no podemos contar con eso, entonces, eso significa que hay que voltear a ver a la inversión privada. Para eso necesitamos un gobierno que no solamente voltea al sector privado, sino que se sienta con él, que se agarran de la mano y empiezan a trabajar juntos, pero no a nivel de una mesa de diálogo, (sino) verdaderamente trabajar juntos, porque uno necesita del otro. Ahorita el gobierno necesita del sector privado y el sector privado necesita del gobierno, y si cada quien busca trabajar por su lado, eso no va a funcionar. Y eso va a hacer que las expectativas, que yo diría que son bastante pesimistas para la recuperación... Que lo tomamos, por ejemplo, de la Encuesta de Especialistas en el Sector Privado del Banco de México, o el del IMEF o el que sea, y utilizamos esos números y extrapolamos el PIB hacia adelante para ver cuánto es que los analistas piensan que va a tardar la recuperación, la mala noticia es que para volver a alcanzar el pico anterior de la actividad económica, que se registró en el primer trimestre del 2019, lo vamos a obtener en el segundo trimestre del 2024. Eso es un escenario muy pesimista, ojalá que no se vaya a materializar, ojalá que encontremos el camino para llegar a terminar esta fase de recuperación antes, para iniciar una expansión, pero definitivamente creo que aquí la clave va a estar en la inversión privada, ésa va a ser la diferencia en el mediano y el largo plazo; en el corto y mediano, el consumo de los hogares, y en el mediano-largo, la inversión fija bruta.
Y de ahí, lo que volteamos a ver es qué políticas anticíclicas existen y que nos pueden ayudar. Obviamente, la más eficaz y la que están usando la gran mayoría de los países es la política fiscal. En nuestro caso, simplemente creo que no podemos contar con eso, simplemente lo tenemos que tomar como una restricción dada, porque sabemos que este gobierno tiene una idea muy fija de que hay que seguir siendo austeros, seguir evitando un sobreendeudamiento y simplemente gastar lo que tenemos de ingresos, entonces, yo creo que ahí no va a cambiar, y lo único que podemos esperar (y ésta yo diría que es la pequeña esperanza que pudiéramos tener) es que se pudieran poner de acuerdo nuestros legisladores sobre una reforma fiscal eficiente, que realmente logre elevar los ingresos públicos para así poder tener un gasto, y que el gasto sea eficiente y dirigido a los lugares donde más pudiera ayudar a soportar el crecimiento. Sin embargo, no queda tan claro, y entonces queda nada más la política monetaria, y obviamente hay más énfasis en la política monetaria ahora que en quizás otros lugares, sin embargo, la política monetaria no es el instrumento ideal para apuntalar el crecimiento económico, entonces, estamos usando un instrumento mucho menos eficiente y es prácticamente lo único que tenemos, y no queda muy claro que podamos encontrar la fórmula para que el sector privado empiece a invertir en los niveles que necesitamos, para tratar de regresar a ese pico en la actividad económica mucho antes del segundo trimestre del 2024.
GC: Muchas gracias, Jonathan. Efectivamente, un panorama bastante retador. Oye, pasando un poquito ya del lado del crecimiento, ahora pasando a otro tema que es muy relevante, la inflación, y no en México, sino a nivel global. En otras ocasiones, Jonathan, como tú sabes bien, por ejemplo en 2008-2009, hubo una política monetaria muy expansiva, sin embargo la política fiscal se utilizó, por ejemplo en Estados Unidos, para rescatar el sistema financiero, etcétera, y en esta ocasión la política fiscal se utilizó realmente para ayudar a preservar el empleo, se dio dinero a las familias, y en este sentido, en la de 2008-2009 no vimos realmente un repunte de la inflación importante en Estados Unidos y en general en el mundo, en cambio, en esta ocasión podríamos verlo. Entonces, nos gustaría saber cuál es tu opinión en torno a la inflación en EE.UU., a la inflación global. Hay muchas visiones distintas sobre la inflación dentro de los mismos miembros del Comité de Política Monetaria del Fed, y está también el otro lado: si se están generando algunas burbujas en precios, inclusive desde el consumidor hasta precios de algunos activos, como las casas o en bolsa. Y de hecho, en los bonos del Tesoro americano, el breakeven de inflación de dos años ya está en un máximo desde 2011, está arriba de 2 por ciento, es más, está más cercano al 2.5 por ciento. ¿Cuál es tu opinión de la inflación global, y en particular en EE.UU., estimado Jonathan?
JH: Bueno, como tú sabes, la Reserva Federal cambió un poco su objetivo de inflación para que la inflación en el mediano plazo tenga un promedio de 2 por ciento. Eso significa que, como ahorita ha estado por debajo de 2 por un buen rato, la Reserva Federal está buscando que tengan una tasa de inflación arriba de 2 por ciento, para que después de algunos años llegue a promediar 2 por ciento. Yo no creo, no veo realmente un repunte en el corto plazo en Estados Unidos; yo creo que ellos van a tener una ventana un poco prolongada, quizás un par de años, donde la inflación va a estar medio bajo control y donde van a poder mantener un poco la postura monetaria actual. Y eso es muy bueno, porque a nosotros nos da una ventana también como de un par de años, donde no tenemos que preocuparnos tanto por problemas en la inflación externa, alzas en las tasas externas, etcétera, y donde a nosotros también nos da una ventana más viable para mantener una postura monetaria expansionista, acomodaticia, para tratar, aunque sea en el margen, pero tratar de apuntalar el crecimiento económico que, como sabemos y como acabamos de discutir, es por mucho el problema más apremiante en este país. Yo no estoy tan preocupado por si la inflación en México termina un par de décimas por arriba de su objetivo, en el contexto de una economía que acaba de desplomarse 8.5 por ciento.
Entonces, yo lo que quiero es tratar de que la economía se recupere, tratar de regresar el empleo a millones de mexicanos, y después, quizás, tendríamos que preocuparnos ya por los detalles finos de la inflación. Y, obviamente, creo que el panorama mundial nos está favoreciendo en este sentido y hay que aprovechar esta ventana de oportunidad que nos está brindando.
AP: Muchas gracias, estimado Jonathan. Y un poco retomando este tema de la ventana más viable que comentas sobre el panorama exterior, y ya centrándonos un poco más en la inflación en México... Bueno, ya comentaste que no sientes que vayamos a tener presiones muy importantes, o por lo menos que no hay una preocupación si es que la inflación estuviera algunas décimas por arriba del objetivo. De hecho, en los pronósticos más recientes que ustedes mostraron (y es algo muy similar a lo que trae el mercado) se anticipa un pico en el segundo trimestre más arriba del 4 por ciento, pero eso es un efecto de base, y creo que lo importante es ver qué tan rápido puede darse la convergencia al objetivo. Y ahí es en donde probablemente estaría mi siguiente pregunta: ¿cómo debemos entender este balance de riesgos para la inflación, y si es que muchas de las distorsiones que vimos el año pasado en la inflación ya no están presentes? O sea, ¿cómo deberíamos darle una lectura a la inflación en este 2021, después de un 2020 que fue bastante desafiante?
JH: Yo creo que, en un cierto lapso, tenemos que no estar tan atentos o tan obsesionados con la inflación general. Yo creo que hay que hilar un poco más fino y hay que tratar de ver la inflación, más bien, con sus diferentes componentes. De entrada, vamos a tener una brecha de producto negativo, que ahorita es inmenso, y vamos a tenerlo por mucho tiempo. Entonces, yo creo que ciertos precios como los servicios y algunas otras mercancías no alimenticias, etcétera, van a permanecer relativamente bajos, especialmente los que responden al ciclo económico, y realmente no hay que fijarnos tanto en eso. ¿Por qué? Porque entre las distorsiones que mencionaste hay una distorsión muy grande, que es en el propio patrón de consumo de los hogares. No estamos consumiendo servicios ahorita y estamos consumiendo mucho más otro tipo de bienes, como los alimenticios, que son los que más han estado aumentando. A mí me preocupa en particular, por ejemplo, el rubro de las mercancías alimenticias, cuyos precios han estado aumentando más cerca al 7 por ciento, y ésos son los que realmente hay que buscar cómo pueden ir bajando. Primero, hay que recordar que hubo una distorsión en estos precios, a través de aumentos en el IEPS hace un año, entonces, gracias a que ya pasó el año, simplemente por el efecto de base de comparación, deberíamos empezar a ver una cierta desaceleración en este rubro. Yo creo que, si termino el año en 6.8, ya para enero va a estar más cerca de 6 que de 7, y ahí poco a poco vemos que empieza a desacelerarse. Yo me preocuparía mucho más, y estoy más preocupado por la persistencia de la inflación subyacente en general, que es donde cae el verdadero reto. Hay que recordar que de repente hemos tenido suerte de, por ejemplo, terminar el año en 3.15, muy cerca de nuestro objetivo de 3 por ciento, pero por esa suerte del componente no subyacente, que es exageradamente volátil y que en momentos va a subir y en momentos va a bajar, y realmente no tenemos nosotros mucho control sobre ese componente. La política monetaria, yo diría, es casi irrelevante para la formación de los precios de los no subyacentes; en cambio, donde debería tener mayor injerencia es en la parte subyacente, y aquí es un poco frustrante, porque el componente subyacente ha estado muy cerca de los niveles actuales de 3.8 (si me acuerdo bien, creo que desde abril del 2018, algo por el estilo), entonces, tiene mucho tiempo donde ha estado muy terco, muy persistente en el mismo nivel. Si abrimos la inflación subyacente en sus componentes de servicios, mercancías alimenticias y no alimenticias, ahí sí vemos un comportamiento muy diferenciado, pero donde ahorita los servicios han bajado mucho más que antes, los alimenticios han subido más que antes, y de alguna forma uno ha compensado al otro y seguimos en el nivel de 3.8. Entonces, yo creo que es un poco más donde nos tenemos que enfocar y ver cómo podemos hacer que la inflación subyacente termine no solamente muy cerca del 3 por ciento, sino buscar cómo puede seguir siendo persistente pero en esos niveles, no en los niveles actuales. Ahí es donde vería yo el reto en este año.
GC: Muchas gracias, Jonathan. Pasando, ya después de haber tocado los clásicos crecimiento e inflación, ahora sí preguntarte por la materia más importante: la política monetaria, tanto en el mundo como en México, tu opinión. Por el lado global, sobre todo en economías avanzadas, ¿qué tanto margen de maniobra ves en la política monetaria de bancos centrales, como la Reserva Federal o el Banco Central Europeo? Por el lado emergente, pareciera ser que en varios mercados emergentes ya no quedan muchas opciones para seguir estimulando por el lado de los bancos centrales, inclusive hay algunas señales de posibilidad de restricción en la segunda mitad del año, en bancos centrales como el de Brasil, y además, ya regresando al tema global, parece ser que en algunos otros lugares, por ejemplo en la Reserva Federal o inclusive tal vez en Banco de México, la configuración de los Comités de Política Monetaria pudiera tener un sesgo un poco más acomodaticio. ¿Qué opinas de la política monetaria a nivel global y en México, estimado Jonathan?
JH: Bueno, primero a nivel global, yo creo que la gran mayoría de los países ya llegaron al nivel terminal de este ciclo acomodaticio, y no hay mucho espacio para ampliar esa postura acomodaticia. Pero lo que sí creo es que la gran mayoría de los países van a mantener sus posturas actuales por mucho tiempo. Entonces, yo no veo realmente muchos movimientos, ahora sí que ni al alza ni a la baja en las tasas en la gran mayoría de los países, salvo contables excepciones, como el caso de Brasil que acabas de mencionar, obviamente Argentina y Turquía, y son muy pocos países (los) que tienen una inflación fuera de control, por ejemplo Venezuela, que ya se volvió un país yo diría que hasta irrelevante para el resto del mundo. Entonces, a nivel global va a haber una cierta pausa en esos movimientos y lo que van a buscar es más bien mantener una postura altamente acomodaticia por el mayor tiempo posible, muy en línea con lo que anunció la Reserva Federal.
En el caso de México, hemos estado un poco detrás de los demás y por un lado se nos ha criticado. Yo creo que empezamos en una postura muy restrictiva; hay que recordar que teníamos dos factores que creo que los demás no tuvieron, que explican un poco esa lentitud en el arranque: uno es que tuvimos el famoso gasolinazo a principios del 2017; dos años antes habíamos tenido la inflación más baja en toda la historia del Índice Nacional de Precios al Consumidor, que se empezó a levantar en el 68. Y de repente, dos años después en el 2017, se nos va la inflación, si me acuerdo bien, creo que a 6.8, que fue la inflación más elevada de los últimos 17 años. Entonces, eso dio pie justamente a que teníamos que mantener una postura restrictiva para tratar de empezar a bajar la inflación. Y si bien es cierto que fue bajando, de ahí entramos en un par de años muy difíciles en el contexto internacional y también nacional, donde vimos la llegada de Trump, que metió mucho desconcierto en muchos mercados, especialmente en México, y después la llegada de un nuevo gobierno aquí en el país, que también prometía hacer muchos cambios y vaya que ha cumplido con esos cambios, y en un momento dado también había un nivel de incertidumbre bastante grave, que de alguna forma u otra justificaba una postura restrictiva. De ahí, ya que esos riesgos se fueron mitigando un poco, (a) Trump ya medio lo empezamos a entender (bueno, quién sabe), y de ahí vimos la oportunidad de empezar, ahora sí, iniciar un cambio del ciclo, de pasar de una postura restrictiva, nuestra idea... Yo creo que la intención original al mero principio era por lo menos pasar a una postura neutral, pero obviamente con la llegada de la pandemia quedó claro que una postura neutral ya era insuficiente y teníamos que seguir, incluso apresurar el paso para pasar a una postura expansiva. Incluso lo apresuramos; estábamos bajando de 25 en 25, lo empezamos a bajar de 50 en 50, en abril hubo una baja fuera de calendario hasta llegar al nivel actual de 4.25, donde la mayoría de la Junta decidió que había que pausar un poco para asegurar que todo estaba bien y que algunos riesgos no se fueran a aparecer, que provocaran que la inflación fuera más alta de la que esperábamos, etcétera, y yo en lo personal todavía veía una ventana de oportunidad en noviembre y diciembre para seguir bajando, pero bueno, se decidió esa pausa. Ahora que entramos en febrero y sabemos que ya en un par de semanas, menos, vamos a tener la siguiente decisión de política monetaria, yo creo que nuestra discusión se va a centrar en si se vuelve a abrir una ventana de oportunidad para seguir adelante con este ciclo acomodaticio, o si todavía hay que seguir con esta pausa, porque la inflación está volviendo a aumentar un poco, la suerte que tuvimos en la parte no subyacente se nos está acabando un poco, sabemos que hay -como ya mencionó Alejandro- bases de comparación no tan favorables, esperamos un aumento específicamente en el mes de abril, que es el más peligroso, y no queda tan claro, aunque sí estamos esperando que después de abril vuelva a bajar la inflación y se empiece a converger cerca de 3 por ciento para fin de año; quizás no queda tan claro y esa ventana de oportunidad quizás no existe. Yo creo que ahí es donde vamos a estar concentrando nuestra discusión.
Déjame pensar que vemos que no hay esa ventana de oportunidad y pensamos que tenemos que seguir pausando. Seguramente, entonces, yo vería que esa pausa va a durar por lo menos abril, mayo, hasta donde veamos que realmente la inflación sí responde y sí esté en nuestra trayectoria que estamos pronosticando, y si esto es cierto, entonces creo que vuelve a darse la oportunidad para seguir con nuestro ciclo acomodaticio. No queda tan claro cuál es nuestro nivel terminal, pero sí creo que todavía tenemos una tasa bastante elevada en comparación con los demás países, seguimos teniendo un diferencial con Estados Unidos muy acentuado, donde creo que sí hay espacio para seguir bajando y yo creo que sí lo vamos a hacer, pero es más bien en qué velocidad y en qué momentos se nos van apareciendo estas ventanas de oportunidad para tomar esa decisión.
AP: Y si me permites, estimado Jonathan, movernos hacia el tema de mercados financieros, lo discutíamos hace poco Gabriel y yo: terminó el primer mes del año con un balance un tanto incierto. Primero vimos un optimismo generalizado, sustentado por esta expectativa de crecimiento, lo que hemos platicado, el estímulo fiscal y monetario sin precedentes, y de repente empezó a diluirse el optimismo justo por los temores sobre nuevos contagios, otras cepas que se han estado descubriendo del coronavirus, inclusive dudas sobre el plan de vacunación, y el tipo de cambio no ha sido la excepción, hemos visto también algo de volatilidad ahí. Si bien, quizás de mediano a largo plazo la expectativa es positiva, en general para los mercados se ve que todavía hay algo de volatilidad en el camino. Creo que apreciaríamos mucho tu visión sobre qué se esperaría en los mercados este año, y también ya están empezando a entrar en la ecuación temas que no se veían en el 2020, algo de distorsiones generadas por monedas digitales, lo que ha pasado con Bitcoin en los últimos meses y cómo ha levantado mucho las alertas o el debate en torno a regulación, supervisión y demás (inclusive Carstens hace poco dio un webinar muy interesante en el BIS al respecto), y luego también viene este tema de GameStop, o sea, estas distorsiones que se generaron en las operaciones bursátiles al menudeo en Estados Unidos con lo de Reddit, entonces, creo que todavía vienen desafíos interesantes en los mercados, y creo que ahí los bancos centrales van a jugar un papel fundamental. Creo que apreciaría mucho nuestro público si nos pudieras compartir tu visión al respecto, estimado Jonathan, muchas gracias.
JH: Yo creo que uno de los riesgos principales es, justamente, uno de los que acabo de mencionar, y es que los mercados se volvieron, yo diría, hasta cierto punto eufóricos con la llegada de las vacunas, con toda una serie de cosas, con un incremento en las expectativas de crecimiento de Estados Unidos, el hecho de que van a volver a dar un estímulo a las familias, a los desempleados en EE.UU., que ayudará mucho a asegurar la recuperación, que obviamente también es un efecto favorable para nosotros, pero esa euforia de repente se está cuestionando, y hasta ahorita yo vería (que) hemos sido medio afortunados porque todavía no se ha manifestado tanto, realmente, por ejemplo en el tipo de cambio, algo por el estilo. El tipo de cambio estaba por 19.80, una cosa así, y ahorita está en 20.20; yo diría que con más/menos 20 centavos pues sigue igual, alrededor de 20 pesos por dólar, y no hemos visto una volatilidad demasiado exagerada. Yo creo que hasta ahorita hemos visto fluctuaciones que yo llamaría, hasta cierto punto, normales; si el peso se ha debilitado últimamente no ha sido culpa del peso, sino que ha sido el fortalecimiento del dólar, y hasta ahorita yo diría que el ambiente macrofinanciero se mantiene relativamente bien y se ha mantenido esa estabilidad. Pero sigue latente ahí el riesgo de que, en un momento dado, esto pudiera tronar, pudiera desaparecer lo que queda de la euforia, pudiera incluso volver a entrar un ambiente más pesimista, etcétera, y se pudiera ver reflejado en cierta inestabilidad en los mercados financieros.
Como ustedes saben, nuestra prioridad es mantener una inflación estable, pero tenemos también otros varios objetivos. Uno es asegurar la estabilidad del sistema financiero y asegurar el buen funcionamiento del sistema de pagos, entonces, esto es algo que también está siempre atrás, en nuestras cabezas, cuando tomamos la decisión de política monetaria, y precisamente por eso creo que durante todo el año pasado fuimos más prudentes de lo que quizás la mayoría de las instituciones querían, incluso comparado con muchos otros países que fueron más agresivos en bajar sus tasas, pero nosotros siempre hemos tenido esta precaución. Yo creo que ése es uno de los factores latentes ahí, de los riesgos principales, que pudiéramos volver a tener un brote de inestabilidad, y ahorita hay que estar muy de cerca monitoreando los índices de morosidad, los diferentes indicadores de incertidumbre financiera; hay que asegurar que no se nos vayan a volver a subir los (INAUDIBLE) de riesgo, por ejemplo, los CDS, todo este tipo de diferentes indicadores que son claves para asegurar el buen funcionamiento de nuestro sistema de pagos y tener un sistema financiero estable. Entonces, sí estamos conscientes de que todavía hay estos riesgos en el horizonte y que no debemos ignorarlos. Aun así, yo pensaría -esto en mi opinión muy personal- que no vamos a ver la volatilidad tan exagerada del año pasado. Creo que poco a poco, con nuestro diferencial de tasas todavía bastante atractivo, vamos a volver a ver entradas de capital, y también hay que recordar que algo que nos favoreció mucho en el corto plazo (aunque obviamente no es algo deseable en el mediano y largo plazo) es el hecho de que tenemos este superávit gigantesco en la cuenta corriente, en donde hemos visto una recuperación en las exportaciones del mercado externo, específicamente de Estados Unidos, pero que no hemos visto una respuesta en la demanda interna, en nuestro mercado (INAUDIBLE), y por lo tanto, las importaciones no crecieron del mismo modo y estamos terminando el año con un superávit histórico, pero no ligeramente arriba del máximo anterior, (sino) exageradamente arriba de los máximos anteriores que habíamos tenido en cualquier momento dado. En el corto plazo, eso es algo que nos favoreció para mantener una cierta estabilidad, por ejemplo, en el tipo de cambio y en algunas otras variables, pero obviamente un superávit en la cuenta corriente no es deseable para un país como México, y necesitamos poco a poco regresar, primeramente quizás a un balance más equitativo y después en un déficit moderado, que creo es lo que se recomienda para un país con las características de México. Pero todo esto va a jugar un papel primordial, y aquí es muy importante señalar que, dentro de toda esta gran crisis, tuvimos un reacomodo en todos los diferentes elementos de la balanza de pagos, pero al final de cuentas no enfrentamos un problema o un desequilibrio en la balanza, que pudiera haber agudizado esta crisis mucho más de lo que fue. Si de por sí fue complicado, imagínense ahora ustedes con un balance de pagos fuera de equilibrio, y también con un sistema financiero inestable. Afortunadamente, esos dos últimos elementos no los hemos tenido; creo que no los vamos a tener, pero siempre hay que estarlos monitoreando de cerca, porque siempre van a ser un riesgo latente.
GC: Muchas gracias, Jonathan. Pues, qué agradable, qué interesante charla, y pues hemos llegado al final del podcast, y como siempre, queremos hacerte unas preguntas más de carácter personal. En particular, Jonathan, me gustaría preguntarte sobre dos cosas: una, cómo fue tu experiencia cuando estuviste en el doctorado en la Universidad de Pensilvania, además estudiando con un mentor tan importante como Lawrence Klein, Premio Nobel de Economía, con su contribución a los modelos econométricos y con esta famosa frase de "la única prueba satisfactoria de una teoría económica es su capacidad predictiva"; es la primera parte. Y la segunda... No la voy a hacer tan larga como Alex, pero la segunda parte es: cualquier analista de la economía mexicana que se considere un analista serio, su libro de cabecera es Lo que indican los indicadores, que escribiste hace algunos años. El libro es excepcional, lo he revisado no sé ni cuántas veces, cuando he dado clases ha sido parte del material; en los lugares donde he tenido el privilegio de dirigir algún equipo de análisis también ha sido libro de cabecera, y ahora hay el rumor de que viene una especie de segunda parte o una extensión, una actualización en unas lecturas. Entonces, si nos quisieras platicar de eso también, por favor, estimado Jonathan.
JH: Bueno, primero la experiencia en el doctorado fue algo bastante duro, porque yo venía de una universidad donde el estándar no era demasiado exigente, y de repente voy a una universidad a estudiar el posgrado, donde la exigencia era todo. Entonces, me acuerdo muy bien que cuando venían los fines de semana o, por ejemplo, la Semana Santa, ahí era "oye, qué gran oportunidad para correr a la biblioteca y a ver si puedo tratar de recuperar algo del terreno perdido", porque era tan agobiante el ritmo de estudio.
Yo escogí la Universidad de Pensilvania porque me encantaban los modelos macroeconométricos de gran escala, que como tú sabes, el padre de esos modelos era Larry Klein, y por eso escogí justamente estudiar ahí. Yo me acuerdo muy bien que era un miércoles, no me acuerdo el día exacto, en octubre de 1980, donde yo tenía clases con él a las 9 de la mañana, y siempre ponía el radio como despertador con las noticias. Y la noticia de esa mañana era que le habían dado el Premio Nobel. Entonces, le dieron el Premio Nobel el día que yo tenía clases con él. Tuve la fortuna de tomar clases también con Robert Shiller, quien ganó el Premio Nobel pero como 20 años después. No fue tan emocionante, más bien fue en ese momento que se lo dieron, y una persona exageradamente introvertida. Llego a clase, donde típicamente éramos entre 12 y 15 personas, y había como 200 personas, o sea, no cabía nadie, era tanta gente. Llega Klein, obviamente todo mundo le aplaude, como que se saca de onda, no sabe qué decir ni nada, y simplemente dice "gracias, gracias", voltea y empieza a dar la clase. Entonces, me acuerdo muy bien que Alberto Ando (el famoso de Ando y Modigliani) se levanta y le dice al profesor "espérame tantito, toda esta gente te quiere entrevistar, te quiere felicitar, por favor ve con ellos", y (Klein) dijo "no, pues tengo que dar mi clase". "Yo doy tu clase, tú ve y disfruta esto en plenitud" (respondió Ando). Él se fue un miércoles; me acuerdo muy bien que en esa clase tuvimos que entregar una tarea que era bastante larga y tediosa, y el lunes que teníamos clases de nuevo con él, después de haber ganado el Premio Nobel, nos entregó a todo mundo nuestro ensayo calificado, etcétera, a detalle. Un señorón, una persona extraordinaria. Y dentro de lo que más me acuerdo con él (está) su frase de que lo que los modelos econométricos también necesitaban era una buena dosis de TLC. No Tratado de Libre Comercio, (sino) Tender Loving Care, y que no había que hacer los modelos a ciegas ni había que olvidar la intuición y la parte propia de cada persona que estaba usando los modelos. Entonces, te podían dar un Ferrari para manejar, y pudiera ser el coche más veloz del mundo, pero si tú no sabes manejar, no importa el coche. Te pueden dar el mejor modelo del mundo, pero si tú como economista no sabes manejar esos modelos, también es irrelevante tu modelo.
De ahí... Ya se me olvido (y perdón) la segunda parte que me preguntaste... Ah, del libro, sí claro. Ese libro lo escribí hace ocho años, tenía yo la idea de escribirlo desde hace mucho tiempo, porque sabía perfectamente bien que hacía falta un libro de ese tipo en México. Para Estados Unidos, hace 10 años yo tenía unos 12, 15 libros del mismo tipo, pero no había ni uno para México, y los indicadores en México no son exactamente iguales a los de Estados Unidos. Finalmente tuve la oportunidad, me tomé un sabático en el 2012, me invitó el INEGI como investigador, saqué el libro y fue el año más feliz de mi vida; no saben cómo lo disfruté. Pero ¿cuál fue la sorpresa? Que terminando el libro, que se convirtió en un bestseller, el INEGI me ha reportado que ha habido más de medio millón de descargas del libro desde su página, y ahorita es libro de texto de referencia prácticamente en todas las universidades del país. Entonces, ése fue yo creo que mi primer gran logro, el número uno de mi carrera profesional. Obviamente esto fue hace ocho años; es un libro que requiere, así como en ambulancia, una segunda edición, pero para escribir una segunda edición me queda claro que tendría que tomar otro sabático. Pero llegó la fortuna (bueno, la desfortuna) de la pandemia, y el diplomado que gira alrededor del libro se canceló, pero se me ocurrió pedirle a cada uno de los profesores del diplomado que su clase, en vez de darla, por qué no la escribían en un artículo, (y voy) a sacar un libro que se va a llamar Lecturas en lo que indican los indicadores, donde son los mismos temas, los mismos capítulos, pero actualizado por una docena de diferentes profesores. ¿Cuál fue mi sorpresa? Que todo mundo me dijo que sí, todo mundo entregó sus lecturas, más aparte le he ido agregando nuevos, de tal modo que vamos a sacar una serie, que van a ser tres volúmenes. Cada volumen va a tener 12 lecturas, para un total de 36 lecturas, en temas que cubren todo lo que cubre el libro original más aparte temas adicionales, como política monetaria (escrito por el Gobernador del Banco de México); distribución del ingreso, escrito por uno de los Subgobernadores; el tema de pobreza, una gran cantidad de temas adicionales... Estabilidad financiera, indicadores de bienestar subjetivo, etcétera, donde creo yo que va a ser realmente un libro con una gran aceptación, que hace mucha falta.
Yo te puedo confirmar, que no es rumor, y quizás no estás enterado, pero Banorte ha accedido a patrocinar la versión impresa de este libro, que va a estar circulando muy, muy pronto, (por) lo cual estoy muy agradecido con Banorte, muchísimas gracias.
GC: Al contrario, Jonathan, ha sido un verdadero placer y un privilegio. Y bueno, más que nada era para que platicaras de él, porque yo creo que es un gran logro el libro que hiciste y un gran privilegio haber participado en esas lecturas, y que ahora inclusive Grupo Financiero Banorte hayamos decidido y hayamos podido patrocinar esa obra, estimado Jonathan.
JH: Déjame nada más decir: es un libro que va a estar con tres logos. Va a tener el logo del INEGI, el logo del MIDE y el logo de Banorte, porque cada una de estas tres instituciones ha tenido una parte muy importante. El MIDE es el que ha hecho el libro digital y ha hecho toda la edición del libro; el INEGI siempre nos ha respaldado y va a distribuir el libro a mil 500 universidades de todo el país, para que todos los profesores lo vean y lo tengan, entonces, realmente creo que hicimos un arreglo óptimo para poder distribuir este libro y tratar de sacarle todas las ventajas. A ti gracias, Gabriel, por ser parte de esa fórmula de éxito.
AGRADECIMIENTOS Y DESPEDIDA
GC: Muchísimas gracias, Jonathan. Un verdadero placer, un privilegio y un honor que nos hiciste favor de brindarnos. Muchísimas gracias por haber participado en este podcast una vez más, nuestro padrino de podcast en esta segunda edición. Te deseamos todo lo mejor.
JH: Muchísimas gracias y felicidades. Que siga la buena suerte de una buena serie de podcast, muchas gracias.
AP: Muchas gracias por acompañarnos, estimado Jonathan Heath, y muchas felicidades por todos tus logros.
GC: Bueno, pues hasta aquí Norte Económico. Muchas gracias por darnos el seguimiento a este nuestro podcast, y la verdad, no sé si opines lo mismo, estimado Alex, pero tuvimos una gran discusión, una charla muy profunda y además muy agradable.
AP: Estoy de acuerdo contigo, Gabriel. La plática con Jonathan Heath va a ser muy enriquecedora para todas las personas que nos escuchan.
GC: Muchísimas gracias a todos por seguirnos. Nos vemos la semana que entra en un episodio más de Norte Económico.
AP: Muchas gracias, Gabriel. Cuídense mucho y les mando un fuerte abrazo a todos.